“Fui al lote para ver qué estaban haciendo. No sabía que había alguien. Creí que no había nadie, por eso fui. Entonces yo entré, y cuando entré estaba él y me agarró y… abusó de mí”. Estas fueron las palabras con que una niña de 13 años describió lo sucedido una tarde de mayo del 2011 en que inocentemente ingresó a una propiedad en construcción, cerca de su casa, y se encontró con un vecino que le violó. Ahora, a casi un año y medio de aquel hecho, el sujeto fue procesado con prisión preventiva por el juez Pablo Flores. El hermano del acusado, que fue investigado por supuestos manoseos contra la misma nena pero otro momento, fue sobreseído de la causa pero le prohibieron acercarse a la víctima.
El dictamen del Segundo Juzgado de Instrucción, que se conoció en estos días, tuvo una de cal y otra de arena para los hermanos Agustín Sebastián (27) y Sergio Leonardo Laciar (40), indicaron fuentes judiciales. El menor de ellos fue procesado, y por tanto seguirá preso, por el delito de abuso sexual con acceso carnal. El otro, en cambio, ya recuperó su libertad al ser sobreseído definitivamente de la causa por el presunto delito de corrupciones de menores agravada, aunque deberá cumplir una medida cautelar impuesta por el juez: no acercarse a menos de 50 metros de la niña y no concurrir a su domicilio. Y es que son vecinos en una zona de Chimbas.
Sobre este último caso investigado, si bien el juez Flores dio crédito a la supuesta existencia de insinuaciones o gestos por parte del comerciante Sergio Laciar a la niña cada vez que ella (desde los 8 años) iba a su kiosco, para él no alcanzaron a configurar un acto de corrupción de menores.
Distinta es la situación de Agustín Sebastián Laciar, este obrero sobre el que pesan suficientes pruebas. La niña, que ahora tiene 15 años, relató que una tarde del mes de mayo de 2011 que estaba sola en su casa, salió rumbo a la casa de su amiga, pero en camino entró a ver una obra en construcción vecina en medio de un descampado. Ahí se encontró inesperadamente con Agustín Laciar, quien la agarró, le bajó el pantalón y la accedió carnalmente. El informe médico confirmó el ultraje y distintos estudios psicológicos demostraron que la niña no fabuló ni mintió en su versión, es más hasta tuvo un serio trauma producto del abuso.
