El hijo de un comisario retirado de la Policía local y su empleado en un carro panchero fueron procesados por moler a golpes y matar a un cuidacoches al que atacaron mientras dormía cerca de la Terminal de Omnibus, en febrero pasado. Todo fue porque uno de ellos mantuvo una discusión con la víctima por el lugar que compartían en un baldío. Hay un tercer acusado en el crimen que todavía sigue prófugo.
Los ahora procesados son Jorge Javier Porras (34), hijo de un excomisario inspector de la Policía local y dueño del carro panchero, y su empleado Fabián Ariel Sánchez (39). Ambos están presos. El tercer imputado es un tal Cristian Alberto Sánchez, que tiene pedido de captura.
La acusación que hizo el juez Martín Heredia Zaldo, titular del Cuarto Juzgado de Instrucción, lo dice todo: homicidio agravado por ser cometido de modo alevoso y por concurso premeditado de dos o más personas. Es que Paulo Ariel Sanginez (31), la víctima, terminó con una gran herida en la cabeza y hemorragia cerebral producto de una pedrada, también con lesiones en el rostro y múltiples fracturas de costillas por las patadas y los otros golpes que recibió. La brutal paliza hizo que este cuidacoches muriera el 19 de febrero último tras agonizar 3 días en el Hospital Rawson.
Sanginez era adicto al alcohol y las drogas, se ganaba la vida como cuidacoches y dormía en un baldío detrás de American Car’s, en Capital. A ese mismo predio también iba Fabián Sánchez junto a su novia. Lo que logró reconstruir el juez Heredia Zaldo es que la mañana del 15 de febrero, Sanginez discutió con Sánchez y exigió que se marchara del baldío, caso contrario lo echaría con unos amigos.
Llegada la noche, Fabián Sánchez se reunió con Porras y el ahora prófugo y les contó sobre la discusión y la amenaza de Sanginez. Fue entonces que Porras se enfureció y dijo: ‘vamos a hacerlo mier.. a ese hijo de pu…’, según la causa. Esto lo declaró Victoria Balmaceda, novia de Sánchez y testigo presencial. Pasada las 0.40 del martes 16 de febrero, fueron a buscar Sanginez y lo encontraron en la vereda Este de calle Avellaneda, al sur de Mitre. No tuvieron compasión de él, pese a que aparentemente estaba drogado y dormía en el piso. Lo dieron patadas por todo el cuerpo durante un rato, incluso uno de ellos le lanzó una pedrada en la cabeza. Encima le robaron su colcha, sus zapatillas, su mochila y el limpiavidrios. Horas más tarde, Sanginez fue hallado moribundo. Tres días después murió en el hospital.
