Para obtener una celda fotovoltaica es necesario extraer cuarzo y darle un tratamiento para extraer de él silicio de grado metálico. Luego, al silicio de grado metálico se lo refina hasta alcanzar una pureza de 99,99 por ciento. Esto le brinda la característica de silicio de grado solar. Este se utiliza para crear plaquetas de silicio de 140 micrones (entran 6 planchas en un milímetro). Estas a su vez reciben un tratamiento distinto en ambas caras. Esto se debe a que funciona como una pila común, pero utilizando energía solar. Posteriormente cada celda se une a otra (lado positivo con lado negativo) de manera ascendente para luego instalarse dentro de un panel denominado solar. Estos últimos pueden tener distintas cantidades de celdas. Y las celdas a su vez pueden ser de tres tipos: monocristalinas, policristalinas o pintadas. La energía solar posteriormente es transformada, transportada y almacenada como energía eléctrica.