Además del vino, la uva Moscatel se perfila para ser el germen de licores. Por iniciativa del municipio de Albardón, el Departamento de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) proyecta instalar, a partir de 2016, una pequeña destiladora de vino Moscatel para generar aguardientes, como el brandy y uno similar al pisco. Así, el objetivo es reflotar y revalorizar a una variedad que con el correr de los años se ha venido a pique. De acuerdo a las últimas estadísticas, la cantidad de hectáreas cultivadas en San Juan se han reducido drásticamente. En 1990, había 8.808 hectáreas, mientras que 20 años después, cayeron a 2.890, es decir, una baja de casi el 205 por ciento. La idea es que ese tipo de uva no desaparezca y los pequeños productores puedan obtener y comercializar un producto alternativo.
El costo estimado de la planta es de 600 mil pesos, según manifestó el ingeniero Nivaldo Azocar, uno de los participantes del proyecto. Por las gestiones de la comuna y de la unidad académica, ya han conseguido la casi totalidad de esos fondos a través de programas nacionales. Por eso, Azocar señaló que luego de la vendimia del año que viene, comenzarán con las pruebas de destilación, con la meta de tener lista la planta en marzo o abril de 2016. Roberto Cáceres, a cargo de la jefatura del Departamento de Ingeniería Química, señaló que por hora, se generarán 30 litros de aguardiente con 100 litros de vinos de uva Moscatel. En ese sentido, remarcó que se trata de una planta chica, con la que los productores pueden apostar a tener licores para comercializarlos entre los turistas y en el mercado interno.
Albardón fue conocido como “la tierra del Moscatel”, por su abundante producción de la uva emblemática (ver recuadro). Pero el departamento fue uno de los que más se vio afectado por la caída de la producción, debido a la reconversión, a mediados de la década del ‘90, de las cepas tradicionales por variedades finas y de vanguardia. En la provincia, el escenario no fue distinto. En 20 años se pasó de 9 mil viñedos a algo más de 5 mil. Además de Albardón, las otras zonas que sintieron el impacto fueron Chimbas, Rawson, Rivadavia, Santa Lucía y Pocito, ya que hoy hay barrios y chacras donde antes había parrales.
A pesar de ese contexto, el departamento albardonero aún conserva pequeños productores que cultivan Moscatel. El intendente Juan Carlos Abarca explicó que apuntan a que los viñateros conserven esa variedad y puedan agregarle valor al conseguir otros productos como el brandy o un licor similar al pisco. Una vez que esté lista la destiladora, estará en manos del municipio y de la UNSJ, aunque luego se analizará la posibilidad de que quede en poder de una cooperativa de productores, indicó el jefe comunal.
En líneas generales, los viñateros deberán llevar el vino para someterlo a un proceso de destilación, del cual se obtendrá el aguardiente. El ingeniero Azocar resaltó que ya están terminando la parte de laboratorio, con los ensayos de la planta piloto. “Después viene el diseño y cálculo de la toda la unidad productiva y luego, su construcción”, manifestó el profesional.
Pero el proyecto que se está desarrollando en el ámbito universitario además contempla tener otra planta para extraer de las semillas de Moscatel, un extracto de compuestos antioxidantes que sea utilizado como suplemento nutricional y terapéutico.
