-¿Es verdad que en tu primera carrera fuiste último?

-Sí (risas). Terminé tercero entre tres. Me ganaron cómodamente dos mendocinos.

-¿Fue en el ciclismo convencional?

-No, en el mountain bike.

-¿Qué edad tenías?

-Doce años.

-¿Cómo fue?

-Mi papá (NR: Raúl, desaparecido desde septiembre de 2004) que era comisario deportivo iba a dirigir una carrera en Zonda y me preguntó si lo acompañaba. Me fui pedaleando. No llegaba nunca, me quisieron robar la bicicleta y me devolví, hasta que un amigo me encontró en el regreso y me acercó en su auto.

-¿Sabías que ibas a debutar?

-No, para nada. Cuando llegué, mi viejo me estaba esperando con el casco y el número. Yo no tenía idea de lo que era. De andar en el barrio solo a meterme entre los cerros. Me perdí, terminaron todos y me tuvieron que ir a buscar. Al final fui el último de tres corredores en mi categoría, pero me dieron una medalla grandota.

-¿El recuerdo de tu padre te acompaña?

-Siempre. En cada momento. En los momentos buenos y malos. Todo el tiempo le agradezco que me haya formado como deportista y persona. En el deporte me enseñó lo que es ir para adelante. Mientras estuvo con vida me inculcó lo importante que es la disciplina en el deporte.

-¿Das por hecho que tu padre falleció?

-Sí, totalmente. Mi papá era una persona muy buena y no hubiera permitido que nosotros sufriéramos tanto. Si estuviese vivo nos lo hubiera comunicado.

-¿Qué consejo que te dio Raúl recuerdas?

-Él siempre me decía que "para achicarse hay tiempo". Que "nunca tengo que sentirme menos que nadie". Y cada vez que voy a largar un triatlón que siempre empieza con la natación, la disciplina que más me cuesta, me repito esa frase. Al fin de cuentas, todos tenemos dos piernas y dos brazos, todos somos iguales.

-¿Te gustaría que el Triatlón empezara con la bicicleta?

-Sería lindo, ¿no? (risas). Por lo menos les costaría trabajo alcanzarme.

-¿Tomarás el último tren a Londres?

-(Risas) Sí, puedo tomar el tren a Londres. Estoy bastante cerca. Pero si no clasifico, no sería un fracaso, porque siempre pensé que mis Juegos serían los de Río 2016. El año pasado competí sólo a nivel Panamericano y ahora, luego de concluir mi primer año en competencias de Copa del Mundo, creo que ir a los Juegos de Londres no es un sueño muy distante.

-¿Qué te empuja a pensar así?

-En que a nivel americano estoy cuarto, y bastante cerca de lograr un puesto como primer bandera.

-¿Explicame eso?

-Hoy, a nivel continente estoy en el puesto 41 y para ir a los Juegos en la plaza para los países que no tienen clasificados, tengo por delante sólo a uno de Barbados (Jason Wilson), un cubano (Michel González) y un chileno (Felipe Van de Wyngard). A estos dos últimos en la fecha de Copa del Mundo, la semana pasada, les gané.

-¿Cómo es eso de que figurás cuarto, si en el ranking estás 41?

-A los Juegos Olímpicos no pueden ir más de tres por país. Por eso ya hay tres estadounidenses, los otros siete que están delante de mí quedan descartados y así sucesivamente por eso mi lucha será con los tres que te nombré.

-En Guatapé (Colombia) la semana pasada terminaste dieciocho, tu mejor posición y en los Panamericanos te fue mal, ¿qué pasó?

-Tuve un mal día, hice una natación bastante buena, en la bicicleta terminé en el segundo grupo. Me bajé de la bicicleta a 15 segundos del grupo puntero y, contrariamente a lo que suele ocurrirme, fallé en el trote. Directamente no corrí y terminé en el puesto veintiuno. Me dolió mucho, pero tuve revancha y el puesto logrado en Guatapé me reivindicó con mi ánimo. Puedo decir que el cierre de año fue espectacular.