La tan ansiada llegada del verano trae aparejada cosas lindas y otras no tanto si no se toman las precauciones correspondientes con bebés, niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas. Desde la Secretaría de Medicina Preventiva de la provincia a cargo del doctor Pablo Larrea se dio a conocer una serie de consejos y medidas para evitar que las altas temperatura junto con la humedad (ola de calor), produzcan consecuencias no deseadas en la salud de estas franjas de la población.

En primer lugar hay que tener en cuenta que cuando las temperaturas aumentan el cuerpo trata de disipar el calor que genera, a través de la sudoración. En este caso cuando un niño o un adulto siente esa sensación se quitan la ropa sin ayuda, algo que no pueden hacer los bebés o personas con dificultades, a las que se deberá ayudar no sólo a desabrigarse sino también a buscar lugares frescos. Además de la correspondiente ingesta de agua, que en estos casos es fundamental.

‘No hay que olvidar que cuando el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura, ésta puede elevarse por deshidratación, agotamiento del mecanismo natural del sudor y desajuste del centro cerebral que controla la temperatura corporal. Si esto ocurre sobreviene el agotamiento por calor y de persistir, más grave aún, el golpe de calor’, indica el informe de Medicina Preventiva.

El agotamiento por calor se manifiesta con sudoración excesiva; mientras que en los bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal. A estos síntomas se suman: piel pálida; sensación de calor sofocante; sed intensa y sequedad en la boca; calambres musculares; agotamiento, cansancio y debilidad; dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos; dolores de cabeza; irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños), o mareos y desmayos.

Cómo reaccionar

Cuando ocurren algunos de los síntomas mencionados, en primer lugar se debe ofrecer agua fresca o con sales (media cucharadita de sal en un litro de agua), y en el caso de los lactantes la mamá debe dar el pecho con más frecuencia. A la par deben ser trasladador a un lugar fresco y ventilado. Lo ideal es desvestirlo, ducharlo o mojarlo en todo el cuerpo con agua fresca. Paso seguido, lo ideal es llevarlo al médico para el control general.

Cuando ese agotamiento se agrava se produce el llamado ‘Golpe de calor’, que se puede advertir por los siguientes síntomas: Temperatura del cuerpo 39¦ o mayor (medida en la axila); piel roja caliente y seca (se agota la sudoración); agitación; dolor palpitante de cabeza; vértigos, desorientación y vómitos, delirios, confusión o pérdida de conocimientos y convulsiones.

En este caso se debe llamar de inmediato al médico o concurrir a un centro de salud; llevar a la persona afectada a lugar fresco, quitarle la ropa y darle agua si está consciente. Se aconseja no administrar medicamentos antifebriles (no son útiles en esos casos y pueden empeorar al niño), ni friccionar la piel con alcohol (causa intoxicación).