Se llama Matías Jaime, tiene 27 años y desde chico transita los festivales telúricos: fue campeón juvenil especial en 2007 y en 2010 ganó en Cuarteto combinado en Laborde. Pero tenía otra idea en la cabeza. Aprendió desde contemporáneo a tango, y llegó a ser coreógrafo del Stravaganza de Flavio Mendoza. Siete años atrás formó un grupo con 15 compañeros de folclore, Malevo, y lo presentó oficialmente hace dos años. Con una propuesta innovadora participaron de programas como Showmatch y Susana Giménez y hasta en un reality comandado por Marc Anthony y Jennifer López… pero fue esta última edición de American Got Talent, el famoso certamen de talentos de la TV norteamericana -donde llegaron a semifinales- la que los hizo conocidos en el mundo. De todo este torbellino, Matías dialogó con DIARIO DE CUYO.

– Si tuvieras que resumir la experiencia en American Got Talent… – Increíble… si bien queríamos ganar, nos dejó un gran aprendizaje y conocimos personas maravillosas. No pudimos acceder a la final, porque no teníamos votos suficientes… – No por el jurado… – No, si hubiera sido por los jueces seguramente hubiésemos seguido, pero como sólo podía votar público estadounidense, estuvimos un poco condicionados… Éramos visitantes tratando de gustarle a un público que no nos conocía y que también defiende mucho lo suyo. Pero bueno, conocieron a Malevo y al malambo…

– ¿Ese es tu sueño, que el malambo se conozca en el mundo? – Sí, y creo que se cumplió un poco. Ahora lo que hay que hacer es seguir trabajando y que se abran caminos para todos los que luchamos por esto. Creo que pude darle una vuelta de tuerca para que llame la atención, porque eso nos dijeron cuando nos invitaron, que habían visto muchos videos de malambo, pero nada diferente. Nos dijeron que era un ‘Malambo extremo’, no me olvido más (risas). – ¿Cómo se te ocurrió esta propuesta? – Tenía el sueño de llegar con el malambo a otro nivel, de tener un show exclusivamente de eso, que se lo pueda valorar en el mundo como al tango. Como hacía muchas giras, veía que el mundo lo recibía muy bien y me pregunté por qué no hacer algo distinto…

– Es un malambo-show, podría decirse… – Sí, claro. Yo he recorrido todos los festivales, he sido dos veces campeón en Laborde, nací en esos certámenes, pero esta es una cosa totalmente diferente, es un show donde tenés que gustarle a gente que ni sabe lo que es malambo, ni qué significa. A Talentos de América entramos porque a la gente le gustó lo que veía… – Es un producto, desde la imagen… – Lo vengo trabajando hace bastante, le fuimos agregando escenografía, las rampas, los látigos… y aunque tiene tintes de flamenco o de percusión urbana y rompemos con lo tradicional, no deja de ser malambo. – ¿Los tradicionalistas han criticado? – Y sí, habrá gente a la que no le gusta, pero creo que tuvimos el valor de llevar nuestra cultura al mundo… A veces es fácil criticar desde la casa… – ¿Y los compañeros del rubro alientan? – Sí, porque saben lo que peleamos para vivir del folclore, del malambo. Y la verdad es que ahora no sólo se está hablando de Malevo, que está muy bueno porque fuimos los intermediarios, sino que también en Croacia, en Italia, en Japón, España hablan de malambo. Un amigo me llamó y me dijo ‘los están pasando en Israel’, ¡imaginate! Para mí que el mundo conozca el malambo ya es un logro. – Al tango show también lo criticaron… – Y sí… hay que entender que las cosas evolucionan, pero sin perder la esencia. Si vas a querer hacer tango escenario y no sabés hacer el básico, estamos en el horno. Algunos juzgan lo que ven y no saben el trasfondo, por eso a veces duele cuando critican. Hay que entender que esto es otra cosa; si hubiéramos ido con la bombacha y el sombrero -que lo hago y me encanta- seguramente no habríamos pasado la primera ronda; porque a ellos no les interesa la tradición, juzgan el show. – ¿Se abrieron puertas después de esto? – Sí, lo que falta es que se abra el mercado para que no sea tan difícil conseguir un trabajo tras otro. Antes algunos tenían su trabajo aparte, pero ahora estamos todos abocados a esto. – Alguien les dijo que los veía en Las Vegas… – Simon Cowell, el más duro del jurado, al que todos le tenían miedo, pero a nosotros nos dio devoluciones excelentes. Dios quiera que se dé… – A Dios rogando y con el mazo dando… – (Risas) Sí, tenemos que trabajar duro porque vivimos de esto… pero sí, me encantaría poder llevar la compañía hasta allá.