Buenos Aires.- Las parafilias son conductas sexuales peculiares, fuera de lo ortodoxo. Aun así, se pueden citar algunas que llaman de manera especial la atención.

Amomaxia. La experimenta el individuo que solo se erotiza cuando realiza el acto sexual en un coche estacionado.

Ipsofilia. Es un comportamiento muy particular, consistente en excitarse con la propia imagen. El objeto que procura placer no es la representación -fotográfica, cinematográfica, imaginativa.- de otra persona, como suele ocurrir, sino de uno mismo.

Normofilia. La estimulación se produce únicamente cuando va a realizarse un acto sexual considerado normal por la sociedad o la comunidad religiosa.

Aerofilia. La libido se dispara al volar en avión, helicóptero, globo, ala delta…

Antolagnia. Es la erotización por oler flores.

Misofilia. Así se llama a la excitación que desencadena la contemplación de la ropa sucia.

Lactafilia. Hace referencia a las personas especialmente sensibles a la sensualidad de unos pechos que contengan leche materna.

Latronudia. Sucede cuando alguien se exita al desnudarse frente al médico.

Eufilia. En este caso, el desencadenante se produce al oír buenas noticias.

Xenoglosofilia. Sucede cuando la persona solo es capaz de entrar en calor si le hablan en lenguas extranjeras.

Octofilia. En este caso, el sujeto se estimula ante la visión del número 8.