Mano a mano, pero en deuda. Esa frase sintetiza la primera entrega de la serie final del Oficial 2014 entre Sportivo 9 de Julio y Peñarol, que en el partido de ida terminaron empatados sin goles, pero lo peor es que no lograron jamas estar a la altura de lo que se jugaba: una final. Así, terminaron redondeando un partido pobre, impreciso, con mucha voluntad pero con pocas ideas. Eso si, dejaron abierto el panorama para que la semana próxima, los dos muestren sus cartas para ser el campeón del fútbol sanjuanino. Como se suponía, la presión inicial tendría que ser del local, 9 de Julio, que intentó arrinconar a Peñarol con mucha dinámica en los primeros 15’ de juego pero con muy pocos argumentos en ofensiva porque la presencia solitaria de Carlitos Paratore no complicó demasiado. Peñarol hizo pie, se acomodó y a los 20’ mostró las uñas cuando Castro quedó demasiado solo en un centro y no alcanzó a definir. La respuesta de ese primer tiempo del Azul del Este fue con Paratore que no alcanzó a definir bien por un mal pique de la pelota.
En el complemento, sintió el esfuerzo 9 de Julio y Peñarol se le fue encima. Esos primeros 10’ del complemento fueron de lo mejor del Bohemio, que con Ríos y con Chávez desperdició dos chances netas de gol, mano a mano con Biasotti. Parecía que el partido levantaba pero fue solo una ilusión porque rápidamente volvieron a la realidad para entregarse al juego de las imprecisiones, las faltas y el corte permanente. 9 de Julio sabía que se le acababa el tiempo y se jugó el resto. Con poca fortuna, eso si. Peñarol entendió que en el tramo final del juego lo mejor era asegurar el resultado y se acomodó para eso. Se fueron así los primeros 90’ de esta serie final que prometía más emociones, más fútbol y otro desenlace. Ahora, en 9 de Julio el desafío será demostrar que su candidatura tiene argumentos, mientras que para Peñarol la presión será toda suya y ante su gente para volver a ser campeón.
