Los últimos 5 kilómetros del circuito fueron muy difusos y borrosos para Sebastián Fernández.

Es que por la emoción de cumplir con el objetivo que se propuso hace 2 años, lloró sin cesar hasta que le bajaron la bandera a cuadros. El deportista, que quedó paralítico en 2011 cuando competía en una carrera de moto, comenzó a desabrocharse los velcros que le sujetaban sus piernas que utilizó para asegurarse de no sufrir accidentes, antes de llegar a la meta. Y apenas cruzó la línea, se fundió en una abrazo con su amigo Lucas Albar Díaz, que resignó la competencia para escoltarlo en el circuito.

“Nunca en mi vida me emocioné así. Fue una mezcla de sensaciones, pero lo que predominó fue la alegría de cumplir con el objetivo que me propuse tras el accidente”, contó Sebastián, que compitió con un cuatriciclo ya que es el único vehículo que le permite hacer todo con sus manos.

Finalizó segundo en la competencia de cuatriciclo y si bien lo hizo a una diferencia más que razonable en su vuelta, es tan competitivo, que ya cambió su rutina de entrenamiento para poder estar más cerca la próxima vez.

Sebastián alterna el gimnasio y el cuatriciclo con el tenis y el kayak. Además sigue practicando kitesurf.

Fue en marzo de 2011 que un accidente lo dejó en silla de ruedas. Es que se lesionó la columna en una competencia de motocross que se hizo en el circuito de Las Lomitas de Albardón. Pero esto no fue un inconveniente para Sebastián ya que comenzó a buscar la manera de subirse a una moto o cuatriciclo y volver a competir. A pesar de ser paralítico, nunca abandonó los deportes extremos que él tanto ama y que le dan adrenalina.