El 29 de mayo del 2011, en una competencia del Campeonato Sanjuanino de Motocross, la vida de Sebastián Fernández dio un giro rotundo. Sufrió un accidento que lo obligó a familiarizarse con el mundo de la discapacidad debido a que se lesionó la médula y quedó paralítico. Pero eso no lo frenó. Pese a su discapacidad, Sebastián siguió practicando deportes extremos y se las ingenia para hacer kayak, kitesurf, correr en cuatriciclo y ahora pretende también competir de nuevo en motocross.

’Fue muy duro darme cuenta que no podía seguir caminando, pero en el último mes de mi rehabilitación en Córdoba le pedí a mi familia y amigos que me dejaran solo, porque quería empezar a no depender de nadie y hacer las cosas que hice siempre’, expresó con firmeza Sebastián, quien apenas finalizó con su terapia de rehabilitación viajó a Valle Fértil para presenciar el Safari Tras Las Sierras de Motos. Allí, con la ayuda de sus amigos, volvió a subirse a una moto para darse una vuelta por el circuito.

Gracias a esta experiencia es que tomó la decisión de volver a competir. ’Cuando subí a la moto me volví a sentir fuerte e independiente. Y eso hizo que tuviera ganas de seguir compitiendo. Además, me encontré con un video en el que vi a un paralítico corriendo en moto. Me llamó la atención y comencé a averiguar cómo podía adaptar una moto. Desde ese momento lo único que quiero es volver a competir’. Para cumplir con su objetivo, este empleado de la AFIP de 36 años está trabajando junto a su amigo Andrés, que es ingeniero mecánico. Estudian un proyecto para adaptar una máquina que le permita a Sebastián manejarla sólo con sus manos, ya que no controla sus piernas. Para eso necesitan que los cambios se puedan poner con la mano y no con los pies, como es habitualmente. Pero el punto más complicado del proyecto es permitir que Sebastián mantenga el equilibrio al momento de bajar la velocidad y girar o detenerse, por eso evalúan fabricar soportes que puedan desplegarse automáticamente al soltar el acelerador.

De todos modos, mientras resuelven como adaptar la moto, Sebastián entrena en un cuatriciclo que se maneja sólo con las manos. El impedimento físico que carga Fernández desde hace un año y cuatro meses no le minó sus ansias de experimentar adrenalina, ya que también adaptó su kitesurf y su kayak para divertirse en los diques Cuesta del Viento y Ullum.

Sebastián tiene una respuesta sencilla para los que preguntan por qué se sigue arriesgando: ‘Toda mi vida me dediqué a esto como un hobby. Ahora no voy a ponerme a jugar al ajedrez’.