‘Tenía techo, pero un viento lo voló y ahí se robaron las chapas‘, dijo un vecino. Mientras que otra señora de la zona agregó que de a poco se llevaron las ventanas, las puertas y hasta los artefactos de los baños. De esta forma, la sede de la unión vecinal quedó vacía y abierta, a tal punto que ahora es tierra de nadie. ‘Hay chicos a toda hora, que se drogan y toman alcohol‘, dijo Mercedes, una vecina que no quiso dar su apellido por temor. Este ‘aguantadero‘ es en Lote Hogar 62 en la zona de la Costanera, en Chimbas.

La casa abandonada está ubicada cerca de la fábrica de hidrocarburo. Esa vecinal era el punto de encuentro de los vecinos y era el lugar donde daban mercadería y hasta la copa de leche para algunos chicos de la zona. Sin embargo el vandalismo hizo que el sitio quedara abandonado. ‘Ahora las reuniones de la vecinal se hacen en la casa de algún miembro de la comisión‘, dijo Raúl Torres, otro de los vecinos y contó que esto sucedió hace poco más de 1 año.

La paredes escritas con aerosol o tiznadas por el fuego, son postales del interior de la casa. Al igual que las cajas de vino en el suelo y las manchas de orina en los rincones de la vivienda. La gente que vive cerca dijo que temen porque todas las tardes, sobre todo después de las 18 cuando empieza a anochecer, grupos de jóvenes se adueñan del lugar. De hecho, la gente dice que nadie pasa caminando por la puerta de la casa porque tienen miedo. Algunos vecinos, la mayoría, pidió reserva de identidad, y contaron que prefieren caminar por la calle para sentirse seguros.

‘Ni los chicos pueden salir a jugar ni a la pelota, porque los más grandes se las quitan. Y nosotros no podemos ir a pedírselas porque tenemos miedo. Si bien hay muchos que conocemos porque son de la zona, también muchachos de otros barrios cercanos‘, agregó Torres. Mientras que otros vecinos dijeron que con los celulares escuchan música hasta la madrugada mientras toman cajas de vino y se drogan.

Algunos vecinos hicieron el reclamo en el municipio y hasta en la Policía para que derrumben la casa o la cierren. “Tenemos hijos chicos y no queremos que vean eso. Además, en las mañanas los más chicos juegan en esa casa y encuentran de todo. Es un lugar muy peligroso‘, agregó Mercedes.