Cuando Gloria Cortez (36) compró ayer al mediodía esa garrafa para poner una tetera y prepararles el desayuno a dos de sus cinco hijos, nunca pensó el drama que se desataría minutos después en su vivienda ubicada en Villa Angélica, Rawson. Apenas encendió la hornalla, un fogonazo le alcanzó la cara y las llamas comenzaron a propagarse rápidamente por el ambiente mientras la mujer gritaba ante sus pequeños, comentaron sus vecinos. Pero la pesadilla para Gloria no terminó allí. Quemada y todo, la mujer tomó coraje y con el fuego encima, rescató ilesos a sus hijos de 4 y 5 años de una peligrosa situación, porque las llamas no dejaron nada en la vivienda. Luego, un grupo de vecinos apagó el incendio y la víctima fue trasladada al hospital Marcial Quiroga donde diagnosticaron que sufrió quemaduras en un 30% del cuerpo, aunque no corría riesgo de vida, afirmaron desde ese nosocomio.

El drama ocurrió ayer a las 12 en una casa que a la víctima le presta su madre en el fondo, en Jorge Newbery al 270 en Villa Angélica. Es un solo ambiente (hay dos más pero están inhabitables) donde vive ella, su pareja, sus cinco hijos (de entre 4 y 18 años) y un nieto de 1 año, según Sonia Castro, vecina de la familia.

La versión es que Cortez compró una garrafa y se disponía a prepararles el desayuno a sus dos hijos pequeños. Cuando encendió la hornalla, se desató el incendio. "Ella me dijo que estaba por poner una pava cuando un fogonazo que salió de la garrafa le quemó la cara", aseguró Castro.

Lastimada, la mujer puso a salvo a sus chicos y luego un puñado de vecinos apagó el incendio, que consumió aparatos, muebles y toda la ropa de la familia, afirmó Gabriela Zárate (18), hija de Cortez.

No obstante, hubo malestar en el lugar con la Policía. "Uno de ellos se puso a filmar con el celular en vez de ayudarnos. Una vergüenza", recordó Castro.

En el hospital Marcial Quiroga, diagnosticaron que la mujer sufrió quemaduras tipo A y B en un 30% del cuerpo (cara, miembros inferiores y espalda), pero estaba fuera de peligro, dijo la doctora Inés Garcés, de ese nosocomio.