Néstor Daniel Leonardo es el yerno no deseado del poderoso empresario Francisco Macri, padre de Mauricio, que saltó a la tapa de los diarios tras denunciar haber sido víctima de escuchas telefónicas ilegales por parte del ex espía Ciro James que trabajaba para el Gobierno porteño. El jueves declaró en la causa, pero fue noticia al resultar herido de bala tras un ataque que sufrió al llegar a su casa de Ituzaingó que algunos relacionan con "un caso más de inseguridad" y otros, como el juez Norberto Oyarbide, "con las escuchas" que él investiga.

Leonardo llegó a la vida de Sandra Macri, la segunda hija del magnate y futura heredera de una fortuna, a través de unos amigos en común que querían "unir" a la pareja. Por entonces, Leonardo ya tenía una hija fruto de su primer matrimonio y Sandra estaba separada desde 1997 y era mamá de Rodrigo y Franco Vallardés, hijos de un apicultor del que se había enamorado en encuentros de seguidores del gurú Maharishi, del que ambos eran estudiosos.

Estuvieron 7 años de novios y aunque Sandra insistía con casarse, él siempre respondía que no hasta tanto el poderoso clan no lo dejara sentarse a su mesa y le diera el lugar que le correspondía.

Con sus dotes de parapsicólogo "podía leer" que el futuro no sería pacífico si su boda no contaba con la bendición de su suegro. Y logró, con paciencia y dedicación ese cometido. Durante la etapa de siete años de noviazgo, Sandra se enfermó y Leonardo, que también se dedicaba a la sanación, se quedó a su lado y la cuidó, con lo que ganó puntos decisivos ante el patriarca de los Macri.

De a poco fue integrándose a los encuentros familiares y hasta tuvo vía libre para ocupar uno de los departamentos que la familia tiene en Punta del Este.

Finalmente se ganó un lugar en la mesa y sacó pasaporte de yerno en la catedral de Morón, en julio de 2004. Franco llevó a su hija del brazo hasta el altar, dónde la esperaba el parapsicólogo, con traje oscuro y rizos dorados.

Hasta ahí todo transcurría con cierta calma en la vida de la pareja y de este hombre de barba candado, con ingresos de clase media, y que hoy cuenta 49 años.

Pero, de pronto la luna de miel con el clan Macri dejó al descubierto una feroz interna familiar que se debate en la Justicia y los medios.

Todo comenzó cuando el juez Oyarbide reveló que el cuñado del jefe de Gobierno porteño tuvo su celular personal pinchado en forma ilegal en mayo y junio de 2008.

Las cintas con sus conversaciones las retiraba el espía Ciro James, hombre de Jorge "Fino" Palacios, el jefe que Mauricio Macri quería para su Policía Metropolitana y que quedó en el camino vetado por las múltiples críticas por su pasado represor. "Atribuyo la pinchadura del teléfono a la relación que tengo con la familia Macri (…) Ya desde el inicio de nuestra relación, el padre, Franco Macri, se opuso y en reiteradas oportunidades quiso, no sólo comprar mi disolución matrimonial, sino que además me amenazó", le dijo Daniel Leonardo al juez en su declaración. La cosa está que arde. En vísperas de su declaración indagatoria, Daniel Leonardo resultó herido en un confuso episodio por el cual hay un detenido.

Como sea, inseguridad o advertencia, el juez Oyarbide consideró que le resulta "desproporcionado" decir que el ataque a Leonardo sea "un hecho más de violencia común" y pidió ser "cautos y esperar la investigación del hecho".