Tras 7 meses cerrado por inseguridad en las instalaciones, en diciembre reabrirá sus puertas el Observatorio Astronómico Félix Aguilar, de la UNSJ, en Chimbas. Los problemas de infraestructura no fueron muchos ni significativos, pero suficientes para crear riesgo de accidentes. Es por eso que los directivos decidieron cerrarlo a las visitas, ya que los principales visitantes son los alumnos de las escuelas primarias de toda la provincia.

Entre los principales peligros figuraba la inseguridad tanto en la escalera que une el ingreso al edificio con el museo como la que se usa para llegar al telescopio en la sala de observaciones. La primera tenía las barandas bajas que no llegaban a la cintura de un adulto y las segundas, ninguna protección para evitar caídas. “Nunca tuvimos que lamentar un accidente en las escaleras, pero las modificamos justamente para que no haya ninguno y para estar acordes a las normas de seguridad”, dijo Luis Marmolejo, uno de los investigadores encargados de recibir y guiar las visitas.

Entre las modificaciones se elevó la altura de las barandas de las escaleras, instalaron en los escalones los listones de goma para evitar resbalones y se colocó una malla protectora a lo largo y ancho de las barandas para evitar caídas por los costados de las escaleras.

Otro de los peligros era la puerta de ingreso al edificio que, al abrir hacia adentro, topaba con el inicio de la escalera e impedía el paso de la gente. Para darle solución se optó porque permanezca totalmente abierta y en forma permanente mientras haya un grupo de visitas en el lugar. “Es complicado modificar el sentido de apertura de esta puerta, por eso optamos por esta medida más simple, pero más segura”, dijo Marmolejo.

Con el objetivo de que las visitas sean más seguras y cómodas también se ha modificado la realización de las mismas. Ahora ingresarán a la sala de observación grupos de no más 5 integrantes (antes eran de 20), para que no se superpueble la sala mientras se espera el momento de usar el telescopio.

Entre los trabajos de refacción en el observatorio también se incluyó el reemplazo de tomacorrientes en mal estado y la instalación de nueva cartelería. Pese a la cantidad de obras realizadas el costo no superó los 20.000 pesos según dijo Marmolejo. Agregó que sólo se invirtió en la compra de materiales, ya que la mano de obra la puso la UNSJ y él mismo se encargó de hacer y pintar la nueva cartelería.

También dijo que hay un 90% de la obra terminada y que por el momento sólo falta pintar todo el edificio. Calculó que a mediados de diciembre el observatorio reabrirá sus puertas para recibir visitas.