Contrariando los índices privados, que siguen poniendo en evidencia el escenario recesivo que las cifras oficiales todavía registran como una desaceleración, el presidente del Partido Justicialista anunciaba días pasados que la Argentina no sólo no se encuentra en recesión, sino que sigue creciendo.

Según el índice general de actividad (IGA) que elabora el estudio Orlando J. Ferreres & Asociados, la economía argentina se contrajo en el primer trimestre a un ritmo anual del 3,5 por ciento. Fue la segunda caída trimestral consecutiva. Como una consecuencia directa del deterioro del sector automotor, la industria siderúrgica disminuye con la misma intensidad ante la crisis mundial: la producción local de hierro se redujo un 61,9% interanual en marzo, mientras que la de acero crudo retrocedió 49,5% en el mismo período, cifras difundidas por el Centro de Industriales Siderúrgicos (CIS).

Según el ex presidente Néstor Kirchner, en la Argentina tampoco hay signos de inflación, ni crecimiento de la pobreza e indigencia y no hay fuga de capitales. La cierto es que, además de los datos antes señalados, la caída del 38% en las importaciones del primer bimestre de este año, y la baja del 30% en las exportaciones, no es una realidad virtual. Cuando se corrige la recaudación impositiva del primer trimestre de este año, quitando los fondos que antes iban a las AFJP y sumando los reintegros y devoluciones de IVA que retrasa la AFIP, se encuentra con que los ingresos fiscales se incrementaron solamente el 9,2% en relación al primer trimestre del año pasado. Con una inflación real, los datos de recaudación nos muestran que los ingresos fiscales caen en términos reales, reflejando la disminución de la actividad económica.

Mientras que el Indec consigna que la cifra oficial de la inflación es de un 0,6% para el mes pasado, el índice que la ex directora de precios del Indec, Graciela Bevacqua, elabora junto a académicos de la UBA, dio un 1,2% en marzo.

Luego de girarle los fondos por coparticipación a las provincias, en el primer bimestre de este año, el gobierno nacional recibió en impuestos un 4,1% menos que el año anterior. En lo que hace a la demanda laboral, entre diciembre de 2007, cuando asumió Cristina Fernández y marzo de este año, en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, la caída es preocupante, en Rosario y el Gran Rosario la baja se acentúa igual que en Mendoza.

Decir desde una tribuna que no hay recesión, puede ser una declaración rutinaria más. Lo preocupante es que se crea que este fenómeno no existe.