Las personas consultadas para esta nota aconsejan que el primer lugar donde se deben estimular la lectura y la escritura es en la casa. Inclusive se animan a dar algunos secretos.

*Aprovechar lo que los chicos leen en Internet y ven en la televisión, para armar a partir de ahí nuevas historias. No tomar estos objetos que brinda la tecnología como competencia para la lectura, sino como complemento o como base para abordar el gusto por la lectura literaria. “La tele ni la compu destruyen la lectura. Una vez pasó que el protagonista de una novela viejísima leyó una poesía de Julia Prilutzky. Al otro día, Migré tuvo que explicar de qué libro la sacó porque la gente estaba como loca buscando esa poesía. La tele y la compu hoy más que nunca son una gran ayuda para la lectura pero hay que estar atentos al material al que se accede. De todos modos, no hay que sugestionarse, sucede lo mismo que con la comida, nadie le va a dar a su hijo algo que tenga veneno. De mismo modo, hay que seleccionar lo que se ve”, dice Hebe de Gargiulo.

*No obligar ni presionar a la lectura. Es mejor restarle importancia, dejando “como quien no quiere la cosa” libros a mano. “Yo siempre les decía a las maestras en mis capacitaciones que en lugar de decir abran la página 26, cambiaran el discurso e hicieran una historia para entusiasmar a los niños. Eso no es igual que decirles: saben que en una oportunidad, fulanita se escapó de su casa a la hora de la siesta, pero no les voy a contar más, mejor se van a enterar si buscan en la página 26 de sus libros. ¿A ver qué pasa? Seguro leen con mucho más interés. Lo mismo tienen que hacer sus papás en las casas, aunque implique el trabajo de leer previamente lo que van a sugerirles”, aconseja Hebe de Gargiulo.

*Aquí el ejemplo vale. Si los padres no leen, seguramente el hijo no leerá. “No hace falta tener el libro las 24 horas en la mano. Basta con llevarlo a la acción en el tiempo que se tenga”, dice Leticia Gutiérrez.

*Los libros pueden ser un elemento para jugar y divertirse. No sólo para aprender y estudiar.

*Actualmente las librerías ofrecen un material no sólo variadísimo sino que además muy interesante en cuánto sus formatos y propuestas. Hay libros de todos los temas con juegos, adivinanzas, acertijos, actividades, que incluyen obras de teatros, que son como diarios para que los chicos vaya comentando en espacios libres sus opiniones, etc, etc. Sólo es cuestión de revisar lo que se ofrece.