Un changarín de 39 años, jefe de familia, fue condenado ayer a 7 años y 10 meses de prisión por el juez Ernesto Kerman (Sala II, Cámara Penal) por los graves abusos sexuales cometidos contra dos de sus sobrinas en Rawson. Las nenas tenían 9 y 5 años cuando el hecho se denunció, el 30 de agosto de 2011.
El magistrado impuso el mismo castigo que el acusado había aceptado recibir, cuando propuso ante el tribunal evitar un juicio común y someterse a uno abreviado en el que confesaba su autoría. La propuesta de un proceso breve fue consecuencia del acuerdo al que arribó, a través de su defensor Claudio Vera, con la fiscal Alicia Esquivel Puiggrós.
La contundencia de la prueba fue lo que llevó al sospechoso a aceptar su responsabilidad en los graves ilícitos investigados: abuso sexual simple (manoseos), abuso sexual con acceso carnal (por las prácticas de sexo oral con ambas nenas) y corrupción de menores, pues a la mayor le exhibió al menos una vez un video pornográfico en su teléfono celular, dijeron fuentes judiciales.
La nena de 9 años fue la que más padeció las amenazas y los ultrajes por parte de su tío, quien intentó violarla en más de una ocasión sin poder conseguirlo, relató la propia víctima. Para los psicólogos, esta versión de la nena resultó creíble igual que la de su hermana menor.
Todo estalló la noche del 29 de agosto de 2011, cuando la mayor de las víctimas fue enviada por su mamá a la casa de su tía, entonces con un bebé. Apenas entró, fue obligada por enésima vez por su tío, esta vez a observar un video de un hombre con una nena en una posición sexual.
Pese a las amenazas, ese día la niña estalló y se lo contó a su tía. Pero como no le creyó, se lo dijo a su mamá y hubo un conflicto familiar. Aquella noche no hallaron en el celular del sospechoso el video al que aludía la nena. En cambio se conoció que también había empezado a abusar de su hermanita y el sujeto terminó preso.
