Ante la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, exhortó ayer a defender "a cualquier costo el bien común y la unidad nacional", y suplicó por "una justicia más efectiva, por una mejor y más equitativa distribución de la riqueza, y por una mayor independencia de los poderes republicanos".
Radrizzani ofició el histórico Tedeum del Bicentenario que tuvo lugar en la Basílica de Luján (en Buenos Aires) y que estuvo encabezado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
"Debemos escucharnos con respeto y fortalecer el consenso, más allá de partidismos e intereses personales", reclamó Radrizzani en la basílica de Luján. Junto a la presidenta asistió su esposo, Néstor Kirchner, el gabinete nacional, el gobernador bonaerense Daniel Scioli y representantes de distintas religiones.
Al retirarse, tras ser recibida por una multitud reunida en la plaza de la Basílica, la presidenta dijo que "esta es la Argentina real, la que no pueden ocultar" y agregó que "es la Argentina que no pueden tergiversar, no pueden distorsionar".
Antes del inicio de la homilía de monseñor Radrizzani se escuchó la lectura del mensaje del Papa Benedicto XVI de parte del Nuncio Apostólico, enviado especial del Santo Padre, Adriano Bernardini. El mensaje papal dirigido a la presidenta señala: "Pido al Señor que bendiga a los argentinos con la concordia, la paz y la prosperidad".
En cuanto al Tedeum en la catedral de la ciudad de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio, le bajó ayer el tono a las confrontaciones con el Gobierno, al destacar como "un hermoso gesto" que las autoridades nacionales, encabezadas por la presidenta, hayan ido a la Basílica de Luján a rezar por el Bicentenario de la Patria. No obstante, reclamó a la dirigencia que tenga "una actitud de grandeza" que permita "superar el estado de confrontación permanente", al advertir que "no es momento para procurar ventajas sectoriales".
"Nos unimos a todos aquellos que están en Luján, encabezados por las autoridades, para rezar por la patria. Es un hermoso gesto del cual nos alegramos", subrayó antes de comenzar el Tedeum porteño, adonde acudieron referentes de la oposición.
Bergoglio leyó el mismo texto que la cúpula episcopal llevó en marzo pasado a Fernández de Kirchner, los miembros de la Corte Suprema y a los titulares de las cámaras de Diputados y Senadores.
No "es el momento de detenerse en opciones fijadas por intereses que no tienen en cuenta la naturaleza de la persona humana, de la familia y de la sociedad", precisaron los obispos en alusión a los fallos judiciales y a los proyectos para legalizar el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Asistieron el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y todo su gabinete. También fue de la partida el diputado nacional por el PJ disidente, Francisco De Narváez. Asimismo, se acercaron algunos de los integrantes de la Mesa de Enlace del campo, como Hugo Biolcati y Carlos Gareto, y el rabino Sergio Bergman.
