Por una casualidad, buscando a un obrero, visité el Gran Comparto ubicado en la calle 17 (Rinconada – Pocito), tuve la triste realidad que el Canal Justo Máximo Moya, creado por Ley Nro. 6278, sancionada el 22 de octubre de 1992, la obra más importante realizada por un ciudadano común en el Siglo XX, no tiene el reconocimiento que merece al haber desaparecido la placa de bronce que indicaba su nombre, ni estar inscripto en el Gran Comparto.
Hasta 1920 el agua llegaba más o menos hasta 7 km al sur del cementerio municipal de Pocito, donde se acababa Pocito y San Juan.
El Canal Justo Máximo Moya es una obra de envergadura, que fue construida con pala, pico y demás pequeñas herramientas de aquella época (los tractores no existían ni se tenía conocimiento de ellos). Se hizo con recursos propios, provenientes de la venta de una productiva propiedad, adquirida por Don Ceferino Manini, para llevar el agua a la Colonia Moya.
Legalmente, a partir de la Calle 17, desaparece el nombre de Canal Céspedes para tomar el nombre de Canal Justo Máximo Moya, nombre impuesto por la Ley Nro. 6278, promulgada por el Poder Ejecutivo el 28 de octubre de 1992. El mismo fue inaugurado por el Departamento de Hidráulica con una placa de bronce, que es la que ha desaparecido.
Por lo expuesto anteriormente, solicito a las autoridades pertinentes que intervengan ante el Departamento de Hidráulica para que cumpla con la Ley respectiva. Estimo que las leyes hay que cumplirlas y no discutirlas.
Por otra parte, un editorial de DIARIO DE CUYO publicado el pasado 28 de octubre hizo referencia al justo homenaje a un pionero, señalando entre otros conceptos que a partir del "’Gran Comparto”, ubicado al Oeste de la avenida Aberastain, en el departamento Pocito, entre las calles 16 y 17, la denominación "’Canal Céspedes” desaparece para tomar el hombre de "’Canal Justo Moya”.
El referido acueducto, sin lugar a dudas, vino a constituir para el departamento Pocito la obra de infraestructura hidráulica más relevante que fuera ejecutada en ese territorio durante el siglo pasado, debiendo recordarse que, previo a aquélla, el actual distrito Carpintería constituía un espacio desértico dispuesto al pie de la serranía, salpicado de dunas y duros espinos y apenas intervenido por las vías del ferrocarril que le atravesaban de Sur a Norte, con muy escasas -o ninguna- posibilidad de crecimiento y desarrollo.
El canal que nos ocupa, cuya construcción asombra que haya sido producto de la iniciativa y del esfuerzo de una sola persona, permitió llevar el progreso y los beneficios del riego a la actual "’Colonia Moya”. Esta última, que también fuera fundada por el pionero, constituye el desenlace feliz de una lucha constante que hizo posible la transformación de una vasta extensión de la primitiva superficie ocupada por médanos y espinos en el Sur sanjuanino.
Así habría de surgir ese emporio que hoy es Carpintería y de cuyas 8.804 hectáreas irrigadas actualmente salen las primicias de San Juan,
Estamos convencidos de que el fiel cumplimiento de la ley arriba mencionada constituye el merecido homenaje al empresario Justo Moya, con el que el departamento Pocito y la ciudadanía sanjuanina mantienen una permanente deuda de gratitud.
Por otra parte, con motivo de imponer el nombre de Justo Máximo Moya al canal por él construido, tuve la oportunidad de expresar ante las autoridades provinciales que San Juan ha sido matriz fecunda de muchos hombres que alcanzaron notoria celebridad y de alguna manera se destacaron en distintos ordenes y aspectos de la vida comunitaria y sus nombres se pierden en el anonimato, tal es el caso de mi padre, Justo Máximino Moya.
En la Historia de la Escuela Nacional Nro. 40 (Hoy Maestro Argentino), pag.7 dice: "’EI señor Justo M. Moya, hombre de trabajo, de amplia visión del futuro, emprendedor y propulsor de todo lo que fuese adelanto para los vecinos de la zona y la economía en general, es el colonizador de Carpintería.
De voluntad inquebrantable, patrocinó todas las obras de eficaz importancia para "’el desenvolvimiento económico de la zona, escuelas, caminos, canales, tareas vitícolas; caleras, etc., fueron obras de su Iniciativa o de su desinteresada cooperación.
No tengo conocimiento ni noticias que otro ciudadano, haya realizado una obra de esta envergadura, que hoy asombra sea iniciativa de una sola persona.
(*) Hijo de Justo Máximo Moya.
