Ayer, en el Estadio Abierto casi no hubo espacio para los espectadores. Fueron tantos los adultos mayores que participaron en la final de la instancia provincial de los Juegos Evita que se tuvieron que armar las canchas de tejo una al lado de otro para que todos pudieran competir, por lo que los familiares que los acompañaron al certamen tuvieron que ubicarse lejos de la zona de competencia. Participaron 260 abuelos, marcando un récord de participación con respecto a ediciones anteriores.
Es la primera vez que la instancia provincial final de los Juegos Evita para adultos mayores, con competencias en tejo, sapo y vóley adaptado, cuenta con la participación de casi 300 competidores. Desde el Ministerio de Desarrollo Humano dijeron que en ediciones anteriores la cantidad de participantes no superó los 200. Agregaron que este crecimiento se debe a la difusión de estos juegos y a que más abuelos participan en las instancias departamentales de los mismos. Es así que este año también hubo récord en la cantidad de inscriptos para las competencias que se llevaron a cabo en los departamentos. Se inscribieron 2.220 adultos mayores de ambos sexos, mientras que en años anteriores lo hicieron 2.000 como máximo. Este incremento también se debe a que algunos departamentos recién este año decidieron participar en los Juegos como fue el caso de Valle Fértil (Ver a parte).
La competencia arrancó a las 8 de mañana y se prolongó hasta el mediodía sin descanso intermedio para que todos los participantes tuvieran tiempo de competir. Pero los abuelos no cedieron ante el cansancio, entre partido y partido de tejo, de sapo o vóley, ejercitaron los hombros y las muñecas para aliviar el dolor y no ’enfriarse’.
’Si te quedás quieto se te entumecen los músculos, te cuesta arrancar de nuevo y bajás el rendimiento’, dijo Alberto González, de 76 años, después de terminar su primer partido de tejo y prepararse para la revancha. Agregó que iba a ’dejar todo en la cancha’ para ganar un pase a la instancia nacional de los Juegos Evita que se realizará en Mar del Plata. Sabía que no iba a ser sencillo porque sólo 38 de los 260 tendrían esa oportunidad.
Los abuelos sólo tuvieron media hora de descanso para almorzar, ya que tras la comida volvieron a la competencia que se prolongó hasta las 17.
