Buenos Aires 4 de diciembre.- Luego de una polémica lipoescultura que la dejó anémica, Verónica Ojeda disfruta los resultados que tanto le costaron alcanzar: "Ahora me miro al espejo y me gusto", dijo a Gente.
Es que la expareja de Diego Maradona, y madre de su hijo Dieguito Fernando, bajó 25 kilos de los 30 que había engordado con el embarazo.
"No le tengo miedo a las operaciones y no es la primera lipo que me hago. Estaba entrenándome y haciendo dieta pero no podía bajar de peso. ¡Quise hacerme toda nueva!", disparó.
Sin embargo, toda esta nueva imagen no pareciera ser para conquistar de nuevo al ex DT de la Selección: "No quiero volver con él. Mi historia va a seguir porque es el padre de mi hijo pero mi amor no es el de antes. Él me dice que me ama pero que no puede estar conmigo".
"Diego nunca me dijo: ‘se acabó el amor’. Estuvimos juntos ocho años. Sé que hay gente que no le perdona que haya vuelto a ser padre. A esas personas les pesa más que haya tenido un hijo a que ande con cualquier mujer", remarcó, sin querer nombrar a Dalma y a Gianinna.
Y mientras se ocupa de su hijo y de su silueta, avanza con su proyecto de montar un gimnasio en zona sur y aseguró que tiene propuestas para conducir un reality show: "¿Si me llama Tinelli? No lo descarto, es trabajo".
En el plano personal, Verónica está sola y sin ganas de conocer a nadie: "Mi hombre ya apareció y es Dieguito Fernando. Por ahora, todo mi amor es para él".
