La larga pasarela puesta justo en el medio de la Sala del Sol de Luna Morena apenas podía contener a las barras. Ni bien el coordinador del certamen para elegir a la Reina de los Empleados de Comercio de San Juan, Oscar Gutiérrez, anunció que se iban a repartir votos entre el público para que eligieran a la candidata de su preferencia, estallaron los aplausos. Y las banderas verdes de Falabella flamearon a todo lo alto que daban los brazos, porque eran el grupo más numeroso y no se iban a quedar con las ganas de vivar a su candidata, Carolina Mabel Gomis, quien terminó convirtiéndose en la primera soberana del ramo, durante la madrugada de ayer.

El aire insuflado en las vuvuzelas y los aplausos tuvieron su recompensa porque ni bien empezó el recuento de los votos, Carolina, que tenía el número 4 como identificación, se posicionó como favorita. Y al final, se quedó con 18 de los más de 60 votos totales (las tres cuartas partes, del público), que le alcanzaron para consagrarse como la primera Reina de los Empleados de Comercio de San Juan.

Desde la primera pasada, Carolina hizo gala de su simpatía y su espontaneidad. Cada vez que se acercaba a su barra, ubicada justo al final de la pasarela, saludaba con su mano en alto y sonreía cada vez que desde el público se levantaba el grito de "¡Caro, Caro!".

Amante de la cocina, una actividad que describe como su pasatiempo favorito, Carolina es dueña de unos grandes ojos color café y un rostro que devela su personalidad sencilla y amigable. "Es una buena compañera y una mejor amiga, por eso hemos venido a acompañarla y apoyarla: porque así como es de linda por fuera, así es como persona", dijo una de sus compañeras de Falabella, que no se cansó de sacarle fotos toda la noche. Y compitiendo con esta lealtad incondicional, el marido de Carolina se mezcló con la barra bullanguera y acompañó cada paso de la bella morocha con su cámara de fotos, para que no se le escapara ni un solo momento de la gran noche de su mujer. Ella, con toda la frescura de sus 25 años y sus 95-66-97 repartidos en su 1,66 de estatura, desfiló con soltura y actitud, como si lo hubiera hecho toda la vida. "¿Nervios? Y sí, un poco hay, pero nada más que un poco", había dicho sonriendo antes de la primera pasada.

Apenas supo que era la ganadora, Carolina se abrazó con las otras chicas. "Con algunas nos conocíamos de antes y hasta nos hicimos amigas", reveló después. Ya con la corona en su cabeza, recibió el cariño con sus compañeros de trabajo, que recién entonces bajaron las banderas para poder abrazarla.