Los que vivieron de cerca la pesadilla en la escuela no podían salir de su conmoción a lo largo del día de ayer mientras repetían para los distintos medios el horror que les había tocado vivir.
‘Oímos muchos golpes y gritos‘, explicó una niña poco antes de que sus padres se la llevaran a casa. ‘Un maestro me agarró y me metió en su clase‘, relató de forma confusa otro pequeño, quien explicó que se oían muchos golpes.
Brendan Murray, también de nueve años, relató que estaba con sus compañeros en el gimnasio de la escuela cuando escucharon ‘un montón de golpes‘ y los profesores les ordenaron que se escondieran en un armario, donde permanecieron ocultos durante 15 minutos.
La Policía envió rápidamente un importante dispositivo a la escuela, pero el tiroteo había sido muy breve y ya no pudieron hacer nada, excepto comprobar que no había más atacantes mientras trataban de sacar de forma segura a los demás niños. Y los familiares de los estudiantes llegaban con prisa al centro de educación y reunían a los niños para llevárselos del lugar.
‘La Policía nos dijo que nos abrazáramos, nos tomáramos de la mano y cerráramos los ojos. Sólo los abrimos al salir del colegio‘, explicó Vanessa Bajraliu, una niña de nueve años, al diario local ‘Hartford Courant‘.
Al conocer que se había producido un tiroteo en la escuela, muchos padres llegaron a toda prisa llorando y con gestos de terror, para encontrarse con el edificio rodeado por policías buscando a posibles más pistoleros.
‘Fue horrendo‘, dijo Brenda Lebinski, una mujer que acudió a la escuela donde su hija cursa el tercer grado. ‘Todo el mundo estaba histérico, padres y estudiantes. Había chicos saliendo de la escuela ensangrentados. No sé si habían recibido disparos, pero estaban ensagrentados‘, agregó.
