Un religioso salesiano, que tiene matrícula oficial de radioaficionado, fue sorprendido cuando realizaba interferencias soeces en la banda radial de tres empresas de taxis de Viedma, informó la policía.
Se trata de un coadjutor, de 60 años, que es laico consagrado que tenía cinco equipos de comunicación instalados en la parroquia Don Bosco, en el boulevard Ituzaingó al 200, en una coqueta zona de la capital rionegrina.
La antena, con la que se colaba en la banda de VHF de los taxis con expresiones vulgares e insultos, sobre todo en horarios nocturnos, fue encontrada escondida en la torre del campanario del templo.
Los rastreos radiales, con la participación de técnicos de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), comenzaron en el mes de mayo, ante la denuncia de tres empresas locales de radio taxi afectadas por las interferencias.
Hasta fines de julio el paradero del emisor clandestino, llamado "el abuelo" por el tono de su voz, era un misterio.
Por entonces el radioaficionado viedmense Enrique Poinsot, decidió hacer una investigación paralela a la de la CNC, "porque ya se sospechaba de un colega y quería descubrirlo, por el honor de nuestra actividad", según dijo a Télam.
La búsqueda de Poinsot permitió delimitar el radio desde donde se emitían las interferencias y si bien la observación visual no detectaba la presencia de antenas, el rastro se ubicaba en dos cuadras a la redonda de la parroquia.
El religioso, en conocimiento de lo que estaban buscando por lo que él mismo escuchaba de las conversaciones radiales de los taxistas, redobló su apuesta el miércoles a la madrugada.
Al mismo tiempo que repetía su rutina de guarangadas en el éter tomó el teléfono fijo de la iglesia y llamó a una de las bases de radio taxi con un pedido falso, para burlarse de los taxistas.
Lo que no imaginaba era que el operador había registrado el número y que el mismo fue rastreado por Internet hasta dar con la dirección desde donde se llamaba.
Poinsot, el dueño de la empresa afectada y efectivos policiales se presentaron en el lugar cerca de las 8 de la mañana.
"El propio hombre abrió la puerta y lo primero que hizo fue reírse y decirnos "al fin me encontraron" como si todo hubiese sido una broma" narró Poinsot.
Explicó que "con toda naturalidad, como si no se diese cuenta de la gravedad de sus actos, dio conformidad para que ingresáramos a una dependencia de la parroquia y nos mostró los equipos con los que transmitía".
Luego, ya con intervención de la Justicia, el equipamiento fue secuestrado y se formalizó la denuncia ante la CNC, que debe realizar el sumario correspondiente.
El juez de Instrucción Juan Bernardi tiene a cargo las actuaciones y en las próximas 48 horas debe resolver si asume la competencia, ya que se trata de un delito de injerencia federal.
Fuentes de la CNC informaron que el religioso tiene matrícula oficial de radioaficionado, pero el domicilio habilitado para tal efecto se ubica en el colegio Don Bosco de Bahía Blanca.
La inspectoría salesiana, de la cual depende la parroquia Don Bosco de Viedma, inició un sumario interno y pidió a Poinsot la copia de las grabaciones con la voz del hombre en sus interferencias radiales.
