�Los engaños por teléfono a incautos tienen variantes, pero con una constante: siempre un familiar de la víctima está en problemas. El penúltimo caso conocido lo orquestó desde la cárcel Roberto Limolle (40) condenado a perpetua por matar a su mujer. El 5 de junio pasado llamó a un médico que tiene un hijo pequeño e intentó hacerlo caer diciéndole que era policía y si pagaba $5.000 no le hacía al chico una causa por drogas. El médico avisó a la Policía, que apresó a la sobrina del preso cuando iba a cobrar y así llegaron hasta él.