El joven investigador argentino e ingeniero agrónomo Lucas Borrás -de 35 años- regresó al país para trabajar en la optimización de cultivos -especialmente maíz- en el marco del Programa de repatriación de científicos residentes en el exterior.

Tras seis años en Estados Unidos, Borrás llegó a la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) para desempeñarse como profesor adjunto del departamento de Producción Vegetal, dentro de la cátedra de Cultivos Extensivos y es también investigador adjunto del CONICET.

Borrás estaba radicado en Iowa (Estados Unidos), donde trabajó como investigador en la Universidad Estatal, centrado en el aumento de la tolerancia de cultivos como maíz, sorgo, soja o trigo al estrés ambiental.

Consultado sobre su elección del ámbito público por sobre el privado, explicó: "me fui de la UBA a los Estados Unidos para trabajar en stress hídrico, pero no me gustó trabajar en el sector privado".

"Hice la secundaria en el ILSE, un colegio dependiente de la UBA, donde después me gradué y doctoré, así que quería devolverle a la educación pública parte de todo lo que me dio", reveló Borrás, quien agradeció las gestiones realizadas por la casa de altos estudios y la Fundación Ciencias Agrarias.

Como codirector en un Proyecto de Investigación Científica y Tecnológica (PICT) de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, busca predecir los componentes del rendimiento de los granos de maíz a partir de datos genotípicos y ambientales.