La serpiente pitón, la iguana verde y el geko son algunas de las mascotas no convencionales más populares que se comercializan en Argentina, junto con aves como el loro hablador y el guacamayo, además de mamíferos como el hurón. Pero para que sea legal tenerlas, deben venir de criaderos.
En lo que va del año ingresaron al país aproximadamente 1.700 animales para ser vendidos como mascotas, para ser parte de colecciones privadas o para ser destinados a criaderos. Tres cuartas partes fueron reptiles, el resto aves y algunos mamíferos, según el ministerio de Ambiente nacional.
Entre las especies que se importaron hubo pitones, arañas tipo tarántula, ranas exóticas, hurones, iguanas verdes, gekos y tortugas de agua o tierra no autóctonas. Mientras tanto, en los criaderos nacionales se pueden encontrar aves como loros habladores, guacamayos, calafates y reptiles como la serpiente pitón.
‘Lo que está prohibido es la comercialización de animales de compañía no convencionales que sean silvestres, porque no se pueden extraer de su hábitat natural‘, dijo el secretario de Política Ambiental, Diego Moreno. Sin embargo, hay excepciones, como el caso de la ardilla, una especie exótica que se introdujo en Buenos Aires y hoy es considerada plaga, ya que generó desequilibrios en la biodiversidad de los ambientes que pobló.
Hay otras mascotas no convencionales que también son populares, pero es ilegal tenerlas, como la tortuga terrestre y los cardenales amarillos. Ambas especies son nativas y están en peligro de extinción. También es muy común la venta de algunos tipos de monos, y en todos los casos es ilegal: no hay criaderos habilitados en el país ni se importan.
‘Varias especies de la tortuga terrestre están en peligro de extinción en Argentina, y a veces llegan grandes cargas de las que no se puede determinar el origen‘, dijo por su parte Paula González, responsable del Programa de Especies Amenazadas de Temaikén.
Desde el Ministerio, lo que recomiendan es ‘optar por las mascotas convencionales, que están más adaptadas a la vida en cautiverio y a convivir con el hombre‘, apuntó Moreno. También aconsejó asegurarse de que el origen del animal sea legal, solicitando la documentación que acredita que fue trasladada con el consentimiento de las autoridades ambientales. Télam
