�Una mujer de 83 años de un edificio del barrio porteño de Boedo, que sufrió un corte de energía eléctrica tuvo que ser rescatada ayer por bomberos debido a que su departamento se encuentra en el piso 20. 
‘Es una persona mayor con bastón. Ella está con presión alta, los nervios, el calor y la desesperación de estar atrapada en un piso 20. Estamos desesperados’, decía una hija de la anciana. Tenemos que bajar por la escalera con baldes para buscar agua de una manguera del patio que está en la planta baja‘, contó una vecina del sexto piso. Los bomberos accedieron a la sala de máquinas de los ascensores y, de manera mecánica, hicieron correr los elevadores con un sistema de poleas, mediante el cual pudieron bajar a la anciana. En tanto, el SAME realizó 1.121 servicios relacionados con la ola de calor, una cifra récord para este mes del año. La mayoría de las personas atendidas, 300 más que el año pasado, lo fueron por hipotensión, golpe de calor, cefaleas, lipotimias, desmayos, atropellos y accidentes en la vía pública, que ‘en muchos casos tienen que ver con que la gente está con pocos reflejos, agotada por el calor.