Hay que atravesar un camino sinuoso que tiene más de un centenar de curvas. Entonces, las montañas empiezan a tomar tonalidades casi mágicas. No es fácil llegar y no hay señalización que indique dónde está. Aún cuando por este lugar pasará el Corredor Bioceánico. Los tapiales carcomidos y los cimientos de lo que alguna vez fueron casas, pintan el paisaje típico de un lugar que fue abandonado hace años. Esta imagen no sólo es producto del paso del tiempo. A La Chigua también le pasó el río por encima. Pero este lugar, que está en Iglesia, al margen del río Blanco, que luego se transforma en el Jáchal y que estuvo abandonado por más de 20 años, está volviendo a latir.
Como sucede con Malimán, la localidad que está antes de este pueblo, está La Chigua de Abajo, del Medio y de Arriba. Pero ahora, sólo en la del Medio hay gente. Allí empezaron a plantar aromáticas. Mientras que en la Chigua de Abajo, ya están preparando el terreno para plantar maíz. Esto se viene haciendo desde el año pasado y la idea es sembrar unas 4 hectáreas.
Si bien, la zona recién está volviendo a tomar impulso, ya que en una época fue muy productiva, los habitantes de los pueblos cercanos dicen que el empuje final vendrá cuando pavimenten la ruta, que luego formará parte del Corredor Bioceánico. Hace unas semanas, el Gobierno de la provincia, anunció su pavimentación.
