Cuando todo parecía encarrilado y el debut en la segunda fase del Argentino B volvía a abrir las esperanzas de clasificación, en Atlético Unión aparecieron los nubarrones que terminaron por marcar con incertidumbre el post partido ante Del Bono por la primera fecha de la Zona C.
El que encendió la alarma fue el técnico Marcelo Laciar quien amagó con renunciar si es que no cambiaban muchas cosas en el día a día del Azul, incluyendo en ese reclamo salarios atrasados y material de trabajo. En un tono muy conciliador, el presidente Ricardo Torres minimizó el reclamo de Laciar y aseguró que seguiría siendo el entrenador del equipo y que las soluciones aparecerían. Pero el lunes no fue muy tranquilo en Unión. Por un lado, Marcelo Laciar decidió no encabezar la práctica del plantel que entrenó por la tarde a las órdenes de Edgardo Herrera. El contacto con Laciar fue imposible ya que no atendió su teléfono y en la noche se reunió con los popes del club para definir varias cosas. Mientras, los jugadores esperaban el pago de sus salarios de enero y de febrero ya que tenían la firme promesa de que se les abonaría en estos días. Laciar quiere que se termine esta incertidumbre de pagos pero además pretende que se le brinden todos los elementos de trabajo, algo que no había ocurrido y que le había complicado la tarea. Todos quieren lo mismo y en Unión buscan esas soluciones.
