"Me pareció que hubo escasez de profundidad para casi todos los temas. Pero, tengamos en cuenta que son las formas y tiempos de la televisión, que es básicamente afectiva y no tan racional como el medio escrito. Por ejemplo, hubiera sido interesante que ambos candidatos explicaran la manera en que piensan financiar los programas que anuncian porque se escucha aumentos de gasto y reducción de recursos, algo que no es sustentable. Se habló poco y nada de política exterior, como si la Argentina fuera autosuficiente o como si no existieran el comercio internacional y los bloques regionales. Justamente el domingo pasado publicamos en nuestra columna habitual algo sobre dos conceptos que estuvieron ausentes: productividad y competitividad, porque hay señales claras de que tenemos problemas en ambas cuestiones pero no parecen advertirlo los candidatos o por lo menos no lo dicen. Daniel Scioli logró llevar a Mauricio Macri a su campo de campaña negativa en la primera intervención, cuando le dijo que eran un peligro. Según lo vi, de ahí en adelante el líder del PRO no logró recuperar la iniciativa aunque pareciera que no lo intentó, prefiriendo minimizar los riesgos sabiendo que lleva ventaja en las encuestas. Por haber jugado en su campo preferido lo pongo ganador a Scioli, ojo, del debate solamente, porque para la pelea de fondo que se da el próximo domingo nunca creí en la eficacia de las campañas negativas y sí en los mensajes institucionales positivos. Es posible que Scioli haya ganado en el debate pero que eso no le signifique una ventaja al final del camino, cuando el elector tiene la última palabra".