Un campeón de lujo. Un campeón de corazón. En realidad, un gran campeón. Eso es Richet Zapata en la Liga Nacional A-1 de hockey sobre patines. Porque el equipo de Las Colonias Unidas supo de sacrificios. Tuvo que hacerle frente a las adversidades. Y siempre fue saliendo. Sacando pecho. Olvidando de inmediato las penas y enfrentando los partidos con mentalidad ganadora. Cuentan que cuando terminó el segundo partido de la final y se metieron en el camarín con toda la bronca propia de haber recibido una dura goleada con el SEC, la historia tomó otro rumbo. Se juramentaron en ese momento dejar todas las penas y las broncas y salir al día siguiente más convencidos que nunca que iban a consagrarse campeones.

La situación no es sencilla. Porque no es fácil recuperarse en sólo 24 horas. Y después de haber caído de la manera que lo hizo ante el Gremial. Y si a eso se le agrega cómo estaba el desarrollo del partido decisivo, aún más tiene validez la fortaleza de este grupo. Es que en el inicio del segundo tiempo caída 3-1 ante un SEC seguro y dispuesto a llevarse todo.

Pero claro, tuvo que aparecer el goleador eterno de este Violeta: El “Pony” Emiliano Romero. Y empezó a sumar un gol tras otro. Hasta que el partido terminó 5-4 con cinco goles de él mismo.

Emiliano no estaba rindiendo a full. Porque extrañaba. ¿A quiénes? A sus hermanos Gonzalo y Mariano, dos pilares que tuvo este grupo para llegar a las instancias decisivas de la Liga Nacional. Pero se fueron. Emigraron al hockey italiano. Uno (Nolo) apenas llegó del Mundial. El otro (Mariano) hace un par de semanas. Lo cierto es que ninguno estuvo en los choques ante SEC. Igual el grupo se las arregló. Y se dio el gustazo de retener la corona en el torneo más importante del hockey sobre patines a nivel nacional.