El colapso de los pozos sépticos del Barrio Hualián II, en Rawson, donde las aguas servidas inundan las calles del lugar, plantea un preocupante riesgo para la salud de un centenar de familias afectadas tanto por la imposibilidad de disponer de servicios sanitarios como por las emanaciones de los efluentes.

En este, como en todos los casos de viviendas con pozos negros, el problema es del vecino que debe afrontar los costos que van desde los 500 pesos por un desagote de urgencia hasta los 6000 pesos para construir un nuevo pozo de dimensiones mínimas, 8 metros de profundidad por 2 de diámetro, según informaron los frentistas a este diario. El paliativo es un camión atmosférico municipal que periódicamente los asiste en la emergencia y también la comuna ha ofrecido colaboración para las obras que realicen los afectados.

Problemas similares los sufren los vecinos de los barrios UDAP III y Rivadavia Sur, ambos ubicados en Rivadavia, pero también existen numerosos grupos habitacionales, algunos muy cotizados en el negocio inmobiliario, que no poseen cloacas y tampoco tienen previstas estas obras en los proyectos a más largo plazo, como los barrios Universitario, Los Olivos, Bancario, Municipal, Nuevo Del Bono y San Juan, entre otros, en Desamparados.

Esta realidad choca con la trascendencia que tuvo en su momento la habilitación del sistema cloacal de Rawson, con proyección a otros departamentos, ya que se dijo era la solución a todos los problemas de saneamiento, que ahora aparecen por efecto de las últimas lluvias en zonas revenidas o por haberse infiltrado el agua en los pozos sépticos. Los hechos revelan la ausencia de obras estructurales, como el tendido de nuevos colectores de la red para atender este enorme déficit de un servicio prioritario.

La urgencia de avanzar con el sistema la plantea el alto nivel de contaminación, que hace irrespirable el lugar y obliga a los vecinos a vivir encerrados para protegerse de las emanaciones y vivir pendiente del comportamiento de las aguas servidas que afloran por los resumideros internos. Quienes tienen el deber de dar soluciones definitivas deben recordar que los riesgos de la contaminación ambiental, caso del aire que respiramos, son mayores a los que se creía o entendía hasta ahora. Lo acaba de determinar un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), llegando a la conclusión de que por esa causa murieron alrededor de siete millones de personas en 2012, año en que se realizó el trabajo del organismo internacional.