El viernes último la Unión Vecinal "Concepción Oeste+ cumplió 50 años. Y tan especial aniversario coincide con un trabajo de investigación dentro del programa "Recuperemos el Patrimonio Intangible de la Ciudad+, que ha venido realizando la Municipalidad de la Capital en el lugar de acción de esta entidad, la zona de "La Rioja Chica+. Curiosamente no es ampliamente conocida esa denominación quizá porque surgió del imaginario popular sobre la base de una realidad que se vivió en ese sector desde antes del terremoto de 1944. En una larga reunión con miembros de la citada Unión Vecinal, y ante la preparación de sus Bodas de Oro, cada vecino expuso sus conocimientos sobre la evolución histórica de este sector de la Ciudad de San Juan que podría delimitarse aproximadamente entre Av. Leandro Alem y Entre Ríos (de Oeste a Este) y Juan Jufré y Pedro Echagüe (de Norte a Sur). La incipiente industria vitivinícola sanjuanina de comienzos del siglo XX fue trascendente en el crecimiento de "La Rioja Chica+, porque, curiosamente, las familias que ya habitaban el lugar desde los años ’40 lo hacían en viviendas que estaban rodeadas de viñedos y también de bodegas que elaboraban las uvas del lugar. Para levantar esas producciones de las viñas y parrales faltaba mano de obra local y debía recurrirse a la vecina provincia de La Rioja. Y si bien fue apenas un puñado de vecinos quienes alquilaron algunas habitaciones a los trabajadores para vivir durante el tiempo de cosecha, la necesidad se hizo hábito, se multiplicaron los alojamientos y así pasaban los años. Es más, aún con la baja por el terremoto del 15 de enero, la convocatoria de cosechadores riojanos persistió hasta bien avanzada la década de los ’60. A raíz, precisamente del terremoto, algunos residentes sufrieron problemas de todo tipo, sobre todo de salud, pérdida del techo familiar, etc. lo que obligó a regresar, pero pronto casi todo volvió a ser como antes del fatídico movimiento sísmico.

Algunos de aquellos jóvenes o nuevos matrimonios de riojanos decidieron quedarse, ya sea porque casualmente consiguieron otro trabajo para el resto del año o porque lo buscaron decididamente con la idea de encontrar un mejor futuro en San Juan. Los negocios de la zona fueron también testigos de esta ocasional inmigración, sobre todo un comedor que servía a los cosechadores y cobraba cada quincena como ellos, cuyo propietario era un hombre "de apellido Vilce+, cuentan los memoriosos. Hoy, en las reuniones de vecinos se pueden escuchar melodiosos acentos riojanos en algunas señoras, lo que enriquece la experiencia de la acción comunitaria. Como comentó el Dr. Mario A. Herrero, presidente del Concejo Deliberante de la Capital, tener en el centro de la Ciudad de San Juan, a pocas cuadras del corazón del Pueblo Viejo, un testimonio valioso de nuestros vecinos del Norte, debe ser aprovechado por los capitalinos del lugar para enriquecer culturalmente su vida social. Sobre todo desde el punto de vista de la identidad, que sin ser riojana, seguro que encontraremos en ella algún símbolo, emblema o distintivo que le otorga el pigmento de la tierra del brillante abogado, historiador y literato Joaquín V. González, fundador de la Universidad de La Plata, del Instituto del Profesorado de Buenos Aires, senador nacional y miembro de la Corte Permanente de Arbitraje Internacional de La Haya, fallecido en 1923. O referencias del inolvidable obispo Enrique Angelelli, cordobés de nacimiento pero entregado a las luchas por los derechos de los trabajadores riojanos (mineros, rurales, ladrilleros, panaderos empleadas domésticas, etc.) a lo largo de su obispado en la capital provincial, asesinado, por ese profundo compromiso social, por la dictadura en 1976.

En la investigación histórica realizada desde Cultura del Municipio por Rubén Giacconi se cita a un protagonista esencial en La Rioja Chica, el bodeguero Salvador López Peláez quien a poco de llegar de su Málaga (España) natal en 1898, se dedicó a la exportación de vinos finos, creando posteriormente la bodega cuyos enormes paredones todavía se levantan como señal del patrimonio de nuestra memoria industrial, aunque ya en manos de otros propietarios. Precisamente esta bodega, como la cercana Bodega "El Parque+ (hoy "Antigua Bodega+) fueron receptoras de trabajadores riojanos y de refugio de numerosos afectados por el terremoto de 1944. El pasado viernes 5 de diciembre, tuvo lugar la fiesta popular en esta zona, para recordar las 5 décadas de la Unión Vecinal, pero también para conocer aspectos concretos de ese patrimonio intangible que se desempolva ahora.

(*) Periodista.