La dura reprobación al entrenador Julio César Falcioni y al presidente Daniel Angelici, exaltada en los gritos atronadores que clamaron por el retorno de Juan Román Riquelme, terminó ayer opacando otros hechos importantes para la vida de Boca como el regreso de Martín Palermo a la Bombonera tras su retiro o el adiós futbolístico de su actual capitán, Rolando Schiavi, en el triunfo 2-1 sobre Godoy Cruz para cerrar el torneo.
El “¡¡Riquelme, Riquelme!!” que socios y simpatizantes boquenses levantan habitualmente como una muestra de gratitud al ídolo y repudio al técnico, pudo más que la serie de homenajes preparados por los dirigentes para recordar a glorias del ayer y del hoy, y que por primera vez abarcó a Angelici, que fue insultado y sufrió la rotura de los vidrios de su palco. Fue tanta la hostilidad de los hinchas xeneizes que los dirigentes Marcelo London y José Requejo tuvieron que salir a pedirle a los plateístas del sector A que dejaran de arrojar proyectiles y proferir insultos.
El enojo manifestado por tres cuartas partes de La Bombonera fue in crescendo ante otra pobre demostración del equipo.
Sólo el sector que nuclea a la denominada ‘barra brava‘ no se sumó al fastidio del resto, cantando primero el conocido ‘¡Dale Boca!’ y luego un contundente ‘¡Canta por Boca la p… que te parió‘.
Pero eso no alcanzó para acallar a la mayoría del público, que además de sus cánticos desplegó varios carteles solicitando el retorno de Riquelme y el alejamiento de Falcioni. El triunfo final por 2-1 y la emoción que generó la despedida de Schiavi, acompañado por su familia y dando una vuelta olímpica con la pelota del partido, fue un bálsamo para una tarde caliente en La Bombonera, en la que hinchas y socios dejaron claro que la herida por la partida de Riquelme lejos está de cicatrizarse.
NO VUELVE:
El viernes por la noche, el ídolo, Román Riquelme, sostuvo en declaraciones al canal América de Buenos Aires que “a Boca no vuelvo más como jugador, es algo ya decidido. Después de la semifinal con la U de Chile en la ida estaba en mi casa y les dije que no iba a jugar más en el club si teníamos la suerte de pasar. Yo sentía que no tenía nada más para darle y que me iba del club como yo quería, pero si venía otro club me iba a firmar sin problemas. Hoy no tengo ganas de volver, pero espero algún día tener mi partido despedida, aunque algo de vergüenza me da”.
Mientras que sobre las ganas de volver a jugar profesionalmente en otro club, el enganche afirmó que “yo entreno cada mañana con mi profe y con mi kinesiólogo, que me recuperó de la lesión en la rodilla que tuve.
Estoy mejor entrenado que hace seis meses, pero no juego porque el propio Presidente (Angelici) demoró en hacerme los papeles y eso él me lo dijo. Por este motivo tuvo que dejar de conversar con Flamengo y con Gremio”.
