El equinoccio de primavera es ideal para realizar rituales ya que todo lo que está latente cobra vida. Al atardecer, colocar dos recipientes de madera en un altarcito, uno con semillas de maíz o trigo y otro con huevos de gallina. Encender velas de miel, dirigir la mente hacia la niñez, recordar los momentos vividos, luego pensar en los nuevos proyectos y pedir que se realicen de acuerdo a lo soñado.
