Ayer, los vecinos de Marquesado presenciaron el desfile por el 106to aniversario de Rivadavia como si estuvieran de picnic. Se sentaron sobre el bulevar y hasta en las veredas de sus casas para tomar mate y comer sanguchitos mientras veían pasar a los niños, jóvenes, adultos y abuelos que participaron del evento.
‘Convídeme un matecito’, pidió un integrante de un centro de jubilados a la vecina que estaba sentada a orilla de la calle, esperando que comience el desfile. Pero no le pudo cumplir el pedido porque se había quedado sin agua. De inmediato, otra vecina se acercó para invitarle ‘un amargo’ al jubilado antes de que le tocara el turno de desfilar.
El desfile comenzó casi una hora después de lo planificado. Pero ni la demora ni la polvareda que levantó el viento Zonda hicieron que la gente se fuera del lugar o abandonara la mateada.
Mirta Ceballos fue rápido hasta su casa para recargar por tercera vez el termo. No sólo compartió el mate con su familia, sino también con las personas que se animaron a pedirle uno.
El desfile duró casi dos horas, por la cantidad de participantes. A las escuelas, uniones vecinales, centros de jubilados y ONG del departamento, se sumaron todas las instituciones deportivas y academias de danzas. También participaron las colectividades italiana y boliviana, que le agregaron un toque de color al evento, aunque el paso de los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad fue lo más llamó la atención.