Desde afuera, la casa de material desentona con las demás del barrio La Estación, en Rawson. Las ventanas están tapiadas con cartón y con partes de tela mosquitera. Los marcos que las sostenían, han desaparecido. En el patio no hay ninguna planta y arriba del techo, el tanque de agua no está, "se lo robaron, igual que todas las puertas", explicó un vecino. Y en el interior, el mismo panorama desolador: ya no hay surtidores, como tampoco inodoro, bidet ni cocina ni muebles. La paredes, con garabatos. La casa parece abandonada o al menos eso es lo que, según los vecinos, quieren lograr tres jóvenes que constantemente invaden ese lugar y saquean el inmueble para tratar de echar al propietario, un anciano jubilado de 71 años. Desde hace meses -dicen- Julio Robledo (71) soporta los constantes ataques de unos muchachos de la zona, que en ocasiones hasta lo han golpeado porque no los dejaba entrar. Pero los embates de los usurpadores llegaron al punto límite ayer en la tarde, cuando estos mismos adolescentes entraron a la vivienda y quemaron una precaria cama, una mesa, un pequeño televisor, las sillas y la poca ropa que le quedaba al anciano, señalaron los vecinos, quienes además reclamaron desesperadamente ayuda para la víctima. En la policía aseguraron que están investigando, aunque ayer no habían recibido ninguna denuncia.
El miedo es mucho entre los vecinos de don Juan. Con decir que ninguno quiso dar su nombre por temor a represalias de esos tres jovencitos, de entre 14 y 19 años, que viven a unas cuadras de la casa de Robledo, la 10 de la manzana 22. Algunos se animaron y relataron que vieron a los sujetos alrededor de las 16 entrar a la vivienda y después salir corriendo. A los minutos, una vecina vio humo y con otras, se metieron a la casa a echar agua sobre la cama, la mesa, el TV y un ropero del abuelo. Las mujeres no pudieron salvar las cosas, aunque sí evitaron un mal mayor junto a bomberos, señalaron.
Alrededor de las 20, Robledo regresó y sus colindantes le contaron lo sucedido, aunque no hubo ningún rostro de sorpresa en el hombre, pero si de indignación: "hacen lo que quieren acá. Soy un hombre grande y ya no me puedo defender", comentó con lágrimas en los ojos.
El de ayer fue el segundo ataque en 4 días: el viernes pasado esos jovencitos golpearon al abuelo porque no los dejaba entrar. Esa agresión le dejó un profundo corte en la frente.
Otro que es víctima de los "usurpadores", es Raúl Laciar, que vive al lado del anciano. Los vecinos relataron que al hombre, estos mismos muchachos, le robaron de todo en tres ocasiones este año.
"No sabemos qué hacer y queremos que alguien le de una solución a este pobre hombre. No puede ser, le pegan y hasta le roban la jubilación cuando cobra", reclamó molesta una vecina.
