Lucía Montero tenía muchos planes para el futuro de su negocio de venta de ropa de Capital. La meta era expandirse a otros mercados, pero antes que nada quería esperar a que su hermana regresara de sus vacaciones para diagramar juntas el nuevo proyecto. Sin embargo, las ideas de progreso quedaron atrás y ahora la comerciante evalúa la posibilidad de cerrar definitivamente el local por culpa de un dañino robo que sufrió ayer en la madrugada y el segundo, desde su inauguración hace casi dos años: cuatro delincuentes en motos, llegaron hasta la puerta del comercio y de un piedrazo, hicieron añicos una puerta de cristal. Los ladrones ingresaron y arrasaron con gran cantidad de ropa y calzado del local aunque no pudieron llevarse todo por la alarma y los gritos de una vecina que los ahuyentó. No obstante, los malvivientes escaparon con unos 30.000 pesos en ropa, precisó ayer la damnificada.

El blanco elegido fue el negocio "Misterio", ubicado en un sector problemático de Capital por la obra inconclusa de la red cloacal que -según vecinos- favoreció a la inseguridad en esa zona: calle San Luis, metros al Oeste de Gral. Acha.

Anoche, alrededor de las 00.15, llegaron cuatro ladrones en dos motos con sus rostros cubiertos con cascos oscuros, dijeron fuentes policiales. Uno de ellos agarró un pesada piedra que había en la calle y la arrojó con tal fuerza que la roca atravesó y destrozó la puerta del cristal del negocio y se incrustó en una pared de aglomerado del interior. En esos momentos, la alarma se activó y los delincuentes entraron y seleccionaron su botín: alrededor de 30 pares de jeans de mujer y unos 50 de hombre; al menos 42 cajas de zapatillas y más de 50 remeras de hombre que cargaron en unos bolsos, que también estaban a la venta, explicó la comerciante.

Una vecina escuchó el ruido que hacían los ladrones y les gritó. Ahí los malvivientes se montaron en los rodados y huyeron. Unos por Gral. Acha y otros por la vereda de San Luis hasta Mendoza, donde tomaron en contramano, señalaron.

"Ya es la segunda vez que me roban. Tengo ganas de cerrar… no quedan ganas de nada porque nos sentimos desprotegidos. Esto es tierra de nadie", comentó indignada Lucía Montero.