La vivienda de una pareja que salió de la provincia a pasar unos días de vacaciones fue blanco de ladrones. Las víctimas fueron un contador y su novia que habían pasado seis días en Chile y al regresar a su casa de Rawson, se toparon con un desastre. Al menos dos delincuentes esperaron que un hermano de la víctima abandonara el inmueble para después romper la alarma en la puerta. De ahí enfilaron hacia el fondo y allí forzaron con algún objeto unas rejas y una puerta para ingresar a robar de todo: un televisor LCD de 32 pulgadas, dos notebooks, ropa, un home theater, documentación y joyas costosas, valuadas en unos 30.000 pesos, precisó Guillermo Sirerol (29 años, contador), la víctima.
Según Sirerol, hace tres meses que vive con su novia en el interior del Loteo Pantano, ubicado en inmediaciones de calle Sarassa y avenida de Circunvalación, en Rawson. El joven relató que el sábado, alrededor de las 19, llegó a la provincia tras pasar seis días de vacaciones en Chile con su pareja. Mientras no estaban y por seguridad, en la vivienda se quedó un hermano suyo, agregó.
En ese lapso, la casa estuvo segura. Pero el sábado al mediodía, el hermano del contador abandonó el lugar ‘porque yo llegaba en unas horas’, explicó la víctima. Aparentemente, los delincuentes tenían vigilada la casa, porque alrededor de las 17 se disparó la alarma en el inmueble. Se supone que fueron los malvivientes que llegaron y destrozaron el sistema sonoro exterior. En ese momento, una segunda alarma empezó a sonar en el interior.
De allí, los delincuentes fueron hacia el fondo y con algún objeto forzaron una reja y la puerta que da a la cocina. Luego fueron al control de acceso de la alarma y lo arrancaron de la pared para eliminar la alerta sonora. Sin más obstáculos, los ladrones revisaron el dormitorio de la pareja y sacaron tres mochilas, ropa y los aparatos.
Además, los delincuentes se tomaron el trabajo de abrir unos alhajeros y seleccionar 17 dijes y anillos de su novia, valuados en unos 30.000 pesos, explicó Sirerol.
‘El loteo es nuevo y hay pocos vecinos alrededor. Ahora lo único que nos queda es reforzar la seguridad de la casa y seguir adelante’, indicó el contador, resignado.
