Al crucifijo con las cuentas se le atribuyó el poder milagroso de sanar. Al menos eso era lo que aseguraban los pacientes que tuvieron el rosario en su poder y que, cuando se recuperaron, fueron pasándolo de mano en mano a las personas que llegaban muy graves a la Terapia Intensiva del Hospital Rawson para que se curaran. Nunca se pudo saber con certeza cuándo ni cómo comenzó esta cadena de fe, pero lo que sí se sabe es que se cortó: alguien se robó el rosario de los milagros.
Ahora las enfermeras del área lo piden para ayudar a una de sus compañeras que sufrió un accidente y está muy grave y contaron que, en su reemplazo, anda entre los pacientes de la terapia una pequeña cruz (ver aparte), aunque aún no le atribuyen ningún poder milagroso como el que afirman que tenía el rosario que desapareció.
El último rastro del rosario de los milagros se remite a fines de enero pasado, cuando María Mercado, tía de Alberto Frassón, un chico accidentado en moto, se lo dio a Rosa Díaz el 20 de enero con la esperanza de que su hijo Darío se recuperara. Este muchacho estaba internado en Terapia Intensiva del Rawson, también por chocar en moto, desde el domingo 17 de enero. Para esa fecha ya sumaban cinco las historias conocidas de pacientes que habían estado muy graves y que aseguraban haber sido ayudados milagrosamente por el rosario.
El inicio de la cadena se desconoce. En el 2003 la madre de Alejandro Balmaceda, un muchacho que fue embestido por una moto y que estuvo 28 días en Terapia Intensiva con el cráneo partido, lo recibió de un anciano. Ella nunca supo quién era este hombre, pero dijo que le había contado que un familiar suyo había sobrevivido a las secuelas de un accidente automovilístico gracias al rosario. La mujer contó que ese hombre se lo sacó del cuello, se lo puso y le dijo que se lo quitara cuando su hijo saliera caminando del hospital y que se lo pasara a otra persona que también estuviera grave.
Cuando Alejandro se recuperó, su madre le pasó el rosario al padre de José Pablo Reggio, un joven que también quedó grave tras un accidente de tránsito. La cadena siguió con Jorge Aciar, un chico de 19 años que estuvo 27 días en terapia luego de chocar su auto contra un eucalipto y que recibió el rosario el 22 de diciembre de 2009. Y, luego, éste se lo pasó a Alberto Frassón, quien estaba en terapia desde el sábado 9 de enero y quien luego le dio el collar de cuentas a Rosa Díaz, la última persona que se conoce que lo tuvo en su poder.
Pasaron los meses y los pacientes perdieron el rastro de la fuente de milagros. Ahora, lo que las enfermeras del servicio de cuidados intensivos piden es que lo lleven nuevamente, ya que una de sus compañeras, Yanina Lucero, de 24 años, se encuentra internada en ese sector y está muy delicada. "La última vez que lo vi fue en enero o febrero. Los que salen de terapia por lo general se van después a alguna clínica o sanatorio privado. Supongo que lo que puede haber pasado acá es que algún paciente que lo tenía se lo haya llevado y ahora el rosario esté circulando en otro lugar", opinó un oficial de la Policía que hace guardia en el sector.
