Este empresario fanático del automovilismo tiene todo lo que cualquier ser humano desearía en la vida para ser completamente feliz: Una familia, mucho dinero y prestigio. Pero Roberto Basualdo jamás resignó su gran sueño, ser ni más ni menos que Gobernador de San Juan. A la política llegó de la mano de su popularidad lograda como corredor de autos -empezó en la actividad profesional a los 18 años y se alzó con 5 títulos regionales- y recién dio sus primeros pasos en 1993. Apenas 2 años más tarde ya quiso jugar en las "ligas mayores" y lo hizo a lo grande, siendo candidato a vicegobernador del sublema "Arriba mi gente", que encabezaba Olga Riutort.

A pesar de sus múltiples candidaturas posteriores, recién ocupó un cargo público en el año 2001 cuando fue elegido diputado nacional. Su vida estuvo claramente marcada por su local de venta mayorista de artículos de limpieza, el cual lo posicionó como uno de los empresarios más prestigiosos del país y el que vendió en una cifra millonaria hace 2 años, quedando en manos de una cadena multinacional.

Luego de que se desprendió del negocio, empezó a incursionar en el rubro inmobiliario y lo hizo junto con sus 3 hijas, sin dejar de lado su labor política. En cuanto a su salud, un problema cardíaco sucedido a fines del 2006 le jugó una mala pasada, que le hicieron dar un vuelco en su vida cotidiana y casi que lo obligó a acercarse más al deporte y a las comidas saludables.

Dentro de la "era giojista", Roberto Basualdo fue el contrincante que más veces lo enfrentó al actual Gobernador: en el año 2003, repitió en el 2007, a pesar que dijo varias veces que no se presentaría; y jugará su tercera chance seguramente en el mes de octubre con las elecciones generales.

"Es el máximo referente de la oposición”, dice José Luis Gioja cada vez que se le consulta sobre la figura del empresario. Su rol como opositor siempre fue medido y a pesar que el caballito de batalla de muchos opositores fue criticar a la minería a cielo abierto que se asentó en la provincia desde el año 2003 con la primera gobernación de Gioja, Basualdo reiteradamente habló a favor de la actividad, pero lo hizo con algunos matices, que apuntaron principalmente a reforzar los controles ambientales y a revisar el esquema de regalías, pero sin que se gane el rótulo de "antiminero".

Gran parte de su impronta política en la última década fue absorbida de la amistad que forjó con los puntanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá; y es más, en este año electoral fue el espejo de su campaña, al punto que "El Alberto’ cerró su derrotero previo a las Internas, en San Juan y acompañado por Basualdo en su local partidario. En este sentido, recibió varios "cachetazos’ por parte de aquellos que lo acompañaron y que luego se cambiaron de bando, como por ejemplo Jorge Abelín o Raúl Anzor, que se fueron disparando munición gruesa contra el ex piloto.

Su perfil social lo canaliza a través de su fundación, la cual lleva su nombre y que armó luego que falleciera su hijo Roberto, con la que ayuda y colabora con decenas de instituciones públicas y privadas con entrega de distintos elementos, principalmente de computación.