San Juan, 1 de setiembre.- Antonio Porras, el dueño de la distribuidora de alñimentos que lleva su apellido, veía desde su casa como los malvivientes ingresaban a su local por un enrejado en la parte posterior, en Paula Albarracín de Sarmiento y Benavídez, en Chimbas.

Como si fuera una película, Porras advertía cada uno de los movimientos, mientras se comunicaba con la policía y ponía a grabar las imágenes. En estas imágenes se puede identificar, según versiones de gente de la empresa, perfectamente el rostro de al menos uno de los cacos.

La policía todavía persigue a los malvivientes que lograron fugar por techos de inmuebles linderos.

Vecinos del lugar, algunos de los cuales esperaban el colectivo mientras se producía el hecho y el posterior procedimiento, recalcaron la oscuridad permanente en la que se encuentra sumida la esquina y la zona.