Robo, abuso de autoridad, incumpliendo de los deberes de funcionario público y lesiones. Esos posibles delitos se investigarán en el Segundo Juzgado de Instrucción dirigido por el juez Pablo Flores, tras la denuncia del chapista Luis Calderón sobre las anomalías que sufrió el último 14 de noviembre en el depósito judicial de Maurín y calle 6, en Pocito. Ese día fue a retirar el Fiat Duna que el 11 de julio pasado le habían radiado por falta de documentación, y descubrió que le habían robado la palanca de cambio, las varillas, el distribuidor, los cables de las bujías y otros accesorios. Cuando reclamó a los policías del predio, terminó esposado, golpeado, insultado y amenazado si acaso hacía la denuncia. Es más, según el hombre, ese jueves también le radiaron el auto Renault Fuego en el que llegó con un amigo a retirar su Fiat Duna y pasó 6 horas demorado en la Seccional 6ta.
‘Fue de terror’, había dicho Calderón a este diario, con los comprobantes de su denuncia en la Justicia y ante la oficina de Inspección y Control de Gestión, un área del Ministerio de Gobierno creada para la investigación interna de la actuación policial. Además, Calderón responsabilizó a la Fuerza si algo le pasaba a él o a su familia.
Ayer, el expediente con las primeras actuaciones investigativas del complejo caso, llegó al despacho del juez Pablo Flores, quien actuará en la calificación de los hechos y sus posibles responsables con la fiscal Ana Lía Larrea.
