Lo ganó bien. Empezó en desventaja pero tuvo coraje y buen fútbol para dar vuelta la historia y llegó a consumar una goleada. Independiente derrotó 4-1 a Belgrano de Córdoba y se convirtió anoche en el primer finalista de la Liguilla Pre-Libertadores. El partido se jugó en el estadio de Avellaneda y tuvo en todo momento un ritmo intenso.

El primer tiempo fue parejo pero duro. Aspero. Jugado al límite de lo permitido. Porque ninguno de los protagonistas le quitó pierna cuando hubo que chocar contra un rival.

Belgrano largó más metido. Mejor dispuesto estratégicamente. Y atento ante cualquier error del rival. Y todo eso le sirvió para que rápidamente se ponga en ventaja. Fue a los 6’, cuando Rigoni apretó a Cuesta en el mediocampo y le quitó la pelota. El delantero Celeste inició una rápida carrera, dejando inclusive a dos rivales en el camino. Y, cuando se preparaba para pegarle ya dentro del área, su compañero Márquez se le anticipó dándole con una comba admirable para clavarla en el ángulo opuesto.

El gol fue un balde de agua fría para el Rojo. A medida que fueron pasando los minutos sus jugadores empezaron a mostrarse nerviosos e imprecisos. Todo se hizo prácticamente de ida y vuelta. Sin estaciones en la mitad de cancha. Y ambos tuvieron sus chances, pero no concretaron.

Recién a los 28’, Independiente pudo llegar a fondo pero el tiro de Benítez fue sacado por Alvarez en la línea cuando el delantero ya había superado con su remate a Olave. Esa acción era el preludio del empate local, que ya lo justificaba plenamente por ser dominador nato en esos minutos. Tras una gran jugada de Benítez por izquierda, terminó la jugada en un centro que Vera fusiló de cabeza a Olave. El arquero contuvo a medias pero se la dejó servida al propio Vera que esta vez no perdonó.

En lo que quedó de la etapa se dieron dos jugadas de atención. En la primera, Olave le tapó el gol a Ortiz y en la otra el árbitro Trucco no dio un claro penal en favor de Belgrano por mano de Toledo. Al final el primer tiempo fue empate y justicia.

En el complemento la intensidad de las acciones no bajó. Independiente siguió mostrándose más ofensivo y Belgrano mejor armado para la contra. Pero fue el Rojo el que se fue quedando con todo. A los 21’ Benítez se mandó una genialidad. Desbordó por izquierda y con la pierna del mismo perfil se la picó a Olave. Golazo para desnivelar. Y ahí nomás, apenas dos minutos después, Vera ganó en velocidad, dejó en el camino al arquero cordobés y marcó el tercero.

Fue una ráfaga. Un interín de plena felicidad para Independiente. Belgrano hizo el esfuerzo para contrarrestar pero el Rojo mostró seguridad. Inclusive, cuando caía el telón, tras una carambola, el uruguayo Rodríguez cerró la goleada con otro tanto.