Sergio Romero, con sus 27 años, es el actual dueño del arco albiceleste, pese a no ser titular en su actual club, la Sampdoria italiana, y tampoco haber tenido continuidad en su anterior club, el Mónaco francés. Se trata de una particularidad en el cuidapalos, que ayer debió ser reemplazado en el complemento por una molestia en su gemelo. Chiquito no consigue tener continuidad en sus clubes, pese a ser el segundo arquero con más partidos en la historia de la selección con 55 encuentros, uno menos que Ubaldo Fillol. El ex Racing también está debajo del Pato en los arqueros con más partidos en mundiales con la albiceleste con 11, un par menos que el campeón mundial en 1978.
Romero tampoco pudo conseguir una mejor opción en el reciente mercado de pases europeo, que ya cerró el lunes y por eso deberá pelear el puesto en la Sampdoria. Sobre su labor ayer en Alemania, en la primera etapa tuvo dos intervenciones claves ante Mario Gómez. Primero le desvió un remate al corner en un mano a mano que el delantero definió al cuerpo. Al rato, sacó con los pies otra situación clarísima del mismo jugador. Eso sí, dejó dudas en el descuento de Alemania al dar rebote en la acción que terminó en el gol de Schurrle.
Como referente que se está formando, el cuidapalos no dudo en asumir el problema de no jugar habitualmente. “Como preocuparme, me preocupa. Yo quiero jugar y lo hablé con el técnico de la Sampdoria. Me dijo que entrene y si estoy bien me va a poner” y disparó que “es hora que dejemos a Messi en paz. Siempre puso la cara por la Selección”.
