Si Mitt Romney se convierte en el próximo presidente de Estados Unidos y cumple su promesa de convertir la ley de inmigración de Arizona en un "modelo” nacional, la vida en este país podría tornarse más difícil para muchos de nosotros que tenemos aspecto de inmigrantes, o hablamos inglés con acento extranjero.

En el debate republicano del 22 de febrero en Arizona, en el que Romney y su principal rival, Rick Santorum, competían por el voto de los sectores mas xenófobos de su partido, Romney alabó el sistema de verificación de trabajadores E-Verify de Arizona y dijo que "vemos un modelo aquí en Arizona”. Agregó que, de ser electo, retiraría las demandas del Gobierno federal contra las leyes como las de Arizona "desde el primer día” en su presidencia. Eso provocaría arrestos e interrogatorios arbitrarios no sólo de indocumentados, sino también de residentes legales y ciudadanos estadounidenses nacidos en otros países.

La ley de Arizona, sancionada en 2010 y suspendida tras una demanda del gobierno del presidente Barack Obama que cuestiona su constitucionalidad, exige además de la identificación de trabajadores con el sistema E-Verify que la policía pida documentos inmigratorios cuando sospecha de que alguien es ilegal.

Los partidarios de esa ley niegan una virtual persecución a toda persona con aspecto de inmigrante y que prohíbe a la policía detenciones arbitrarias, sino pedir documentos cuando se lleva a cabo "un acercamiento, detención o arresto legal”. Pero esos términos vagos pueden interpretarse de muchas maneras. Un agente podría legalmente detener a personas para preguntarles si han visto algo sospechoso, y después arrestarlas por no llevar sus documentos.

Asimismo, la ley de Arizona requiere que los policías locales actúen como inspectores de inmigración no sólo cuando detienen a alguien por un delito, sino también por violar ordenanzas municipales."El problema central es que abre las puertas para la discriminación racial basada en la apariencia o la manera de hablar de los individuos”, me dijo Karen Tumlin, abogada del Centro de Leyes Inmigratorias de Los Ángeles. La expresión "sospecha razonable’ obliga a los policías a juzgar a la gente basándose en su apariencia.

Eso ya ha ocurrido, y no sólo con latinoamericanos o asiáticos. En Alabama, un ejecutivo alemán de Mercedes Benz fue arrestado por no llevar documentos que probaran su estatus legal. El visitante recién fue liberado cuando un compañero de trabajo buscó el pasaporte, que el hombre había dejado en el hotel. Días después, un empleado japonés de Honda Motor Company fue arrestado durante tres días bajo la ley inmigratoria de Alabama, incluso después de mostrar su licencia internacional de conductor, pasaporte válido y un permiso de trabajo estadounidense.

El economista Sam Addy, del Centro de Negocios e Investigación Económica de Alabama, señala que dicha ley podría costarle al Estado la friolera de 11.000 millones de dólares en inversiones, empleos e impuestos perdidos. Otro estudio asegura que Arizona ha perdido U$S 490 millones por la caída del turismo a ese Estado. ¿Se imaginan lo que ocurriría en Florida, que mucho depende del turismo extranjero y del comercio exterior? ¿O con la industria inmobiliaria en ciudades como Miami o Nueva York, con grandes inversiones extranjeras?

Mi opinión: Desde cualquier perspectiva, las leyes como la de Arizona son moralmente cuestionables y económicamente desastrosas, y cada vez más innecesarias en un momento en el que la inmigración ilegal se ha reducido drásticamente tras la recesión de 2008.

"SI ROMNEY -y también Santorum- logran detener los juicios contra las leyes xenofóbicas y las convierten en un "modelo” para toda la nación, Estados Unidos dejará de ser el país que siempre ha sido.”