La presentación del candidato republicano Mitt Romney en el foro Univision/Facebook televisado para todo el país desde Miami la semana pasada fue su mejor oportunidad de llegar a los votantes hispanos y de aumentar su escaso 30 % de apoyo entre los votantes latinos. Sin embargo, la desperdició.
Hay que admitir que Romney se mostró mucho más relajado y cordial hacia los hispanos que durante las primarias, cuando en un esfuerzo por ganarles a sus rivales de la extrema derecha republicana adoptó posturas contra los indocumentados que a veces sonaban como descalificadoras de todos los inmigrantes.
El en foro de Univisión, Romney enfatizo repetidamente que quiere una "solución permanente” para la inmigración. Pero si uno escucha lo que dijo -y lo que omitió decir-, debe llegar a la conclusión de que Romney desperdició la mayor oportunidad que ha tenido hasta el momento para tomar distancia de la extrema derecha de los republicanos, cuyas políticas antiinmigratorias podrían dar lugar a un clima hostil contra todos los latinos en este país.
Veamos los hechos: durante las primarias, Romney dijo que la draconiana ley de inmigración de Arizona debería ser un "modelo” para toda la nación; dijo que él vetaría el Dream Act -el proyecto de ley apoyado por el presidente Obama que permitiría la nacionalización de hasta 1.7 millones de estudiantes indocumentados- y que fomentaría la "autodeportación” de los 11 millones de inmigrantes ilegales, una estrategia que según sus críticos implica volverle la vida imposible a los sin papeles hasta que decidan voluntariamente abandonar el país.
Ahora, cuando se le preguntó si sigue pensando que ley de Arizona debería ser un "’modelo” para el país, Romney eludió la pregunta y al responder preguntas sobre el Dream Act, pareció suavizar su anterior oposición total al proyecto de ley al elogiar la propuesta del senador Marco Rubio de otorgar a los estudiantes universitarios indocumentados una vía para obtener la residencia legal, pero no la ciudadanía.
Cuando se le preguntó por su propuesta de "autodeportación” de indocumentados, Romney no modificó su postura anterior respecto de que los inmigrantes indocumentados -incluso los que llevan varias décadas aquí- deberían volverse a su país de origen y ponerse en la cola de quienes están pidiendo visas para entrar al país.
Mi opinión: Romney podría haber reducido la brecha si hubiera aprovechado la oportunidad para distanciarse de algunos sectores xenófobos de su propio partido que acusan a los indocumentados hispanos, entre muchas otras cosas, de estar trayendo el crimen y enfermedades peligrosas al país.
Podría haber dicho que después de intensas conversaciones con el senador Rubio y con otros republicanos moderados en el tema de la inmigración, y considerando el hecho clave de que la inmigración ilegal ha caído casi a cero, ha llegado a la conclusión de que la ley de Arizona ya no debe ser un "modelo”, y que la solución al problema inmigratorio debe ser integral.
No lo hizo, tal vez por temor a que lo vuelvan a acusar de ser un político que cambia de posturas constantemente. Tal vez lo haga durante los debates presidenciales, pero desperdició la mejor oportunidad que tal vez tendrá de hacerlo frente a una audiencia nacional de hispanos.
