En el noticiero de Telefé, en la sección cholula, presentaron una nueva campaña publicitaria en la que el jugador portugués Cristiano Ronaldo promueve una línea de perfumes mostrando su físico hérculeo que genera suspiros en el sexo opuesto. Ahora bien, minutos antes en el nuevo, e imponente, estadio Nelson Mandela, de Port Elizabeth, el primero que es utilizado exclusivamente por el fútbol. Este dios pagano, que hace un par de años ganó el balón de oro, pasó desapercibido.
Un par de hamaques y un remate desde media distancia que rebotó en el poste derecho en los minutos iniciales del partido eclipsaron a los analistas de la FIFA que lo declararon el "hombre del partido" en el que los lusitanos igualaron sin goles ante Costa de Marfil. Para ellos el marfileño Kouassi Gervinho, mucho más influyente en el trámite y más protagonista del espectáculo, no estuvo en la cancha.
Si uno mira las publicidades que protagoniza el actual jugador del Real Madrid, encontrará que las hay variadas, incluso una de la marca de indumentaria que lo promociona, la estadounidense Nike en la que se descubre una estatua de su persona. Eso, justamente una estatua fue Cristiano Ronaldo ayer. Cuando su equipo más lo necesitó no apareció. No es de ahora, también ocurrió en el Manchester United, cuando Carlitos Tevez hacía los goles importantes y el luso se llevaba los laureles.
